Al invertir debes considerar cuatro factores: rentabilidad, horizonte de inversión, liquidez y riesgo. Este último es uno de los más importantes en la toma de decisiones, porque depende directamente del perfil del inversionista.
Según el nivel de riesgo que estés dispuesto a aceptar te ubicarás del lado de los arriesgados o de aquellos que tienen aversión al riesgo, es decir, que prefieren asumir riesgos mínimos y ser más conservadores.
¿Qué es la aversión al riesgo?
La aversión al riesgo o risk aversion, como se le conoce en inglés, es la actitud predominante en un inversionista de tipo conservador frente al riesgo financiero.
Las decisiones de inversión de este tipo de inversionista se inclinan hacia aquellas que tengan un riesgo mínimo, como los instrumentos de renta fija, que tienden a tener un nivel de riesgo más bajo que la renta variable.
¿Cómo conocer mi grado de aversión al riesgo?
El grado de aversión al riesgo se mide en niveles y está relacionado con el perfil del inversionista, de la experiencia que tenga en el mercado financiero, sus metas financieras e incluso su edad. En ese contexto hay dos niveles:
Nivel de aversión bajo
Aquí se ubican los inversionistas más arriesgados, por lo que en su toma de decisiones prioriza la rentabilidad y se anima a colocar capital en productos que podrían considerarse de mayor riesgo en el mercado financiero. Es posible que este tipo de inversionista opte por un portafolio con mayor porcentaje de renta variable y solo un poco de renta fija.
Nivel de aversión alto
En este nivel de riesgo es donde se mueven los inversionistas conservadores. Buscan que sus inversiones sean estables y altamente líquidas, por lo que suelen preferir instrumentos de renta fija y activos financieros a corto plazo, aunque los retornos sean más bajos.
Medidas de aversión al riesgo
Existe una conocida medida para calcular la aversión al riesgo, analizando la función de utilidad. Se conoce como Arrow-Pratt por los apellidos de sus creadores, los economistas Kenneth Arrow y John Pratt.
Proponen dos maneras de comparar el riesgo: riesgo relativo y riesgo absoluto, relacionando la proporción de rentabilidad que está dispuesto a poner en riesgo el inversionista.
Si quieres saber en cuál de los dos niveles de aversión te encuentras, en primer lugar debes preguntarte cuánto riesgo estás dispuesto a asumir en tus inversiones y, por otro lado, considerar el plazo en el que vas a invertir. A partir de estas dos métricas podrías definir a grandes rasgos qué tipo de inversionista eres.
Características de un inversionista averso al riesgo
Un inversionista averso al riesgo cumple con algunas de las siguientes características:
Prefiere seguridad antes que rendimiento
Los inversionistas aversos al riesgo están poco dispuestos a la volatilidad en sus carteras de inversión, por lo que se decantan por instrumentos como cuentas de ahorro, bonos gubernamentales, fondos de inversión y otro tipo de inversiones de corto plazo.
Tiene un comportamiento racional
Si bien el comportamiento racional es una de las características de todo inversionista, en los renuentes al riesgo se potencia. Y solo tomará opciones arriesgadas si les ofrecen una prima de riesgo que cubra su decisión.
Busca liquidez inmediata
Este tipo de inversionista prefiere inversiones líquidas, es decir, aquellas que pueden ser convertidas en dinero de manera inmediata, y acceder a su dinero cuando lo considere necesario.
Edad avanzada
Por lo general, aunque no es una regla, los inversionistas aversos al riesgo están en un rango de edad alto y próximos a su jubilación, por lo que no están dispuestos a arriesgar su capital de retiro.
Desventajas de la aversión al riesgo
Desde el punto de vista financiero, la mayor desventaja podría resumirse en ‘quien no arriesga, no gana’, sin embargo, hay otras consecuencias:
- Si el inversionista averso toma decisiones siempre del lado del bajo riesgo, su dinero puede perder valor frente a la inflación.
- Invertir en activos financieros poco rentables para no tener pérdidas.
- Mantener instrumentos financieros de bajo rendimiento con la esperanza de recuperar la inversión inicial.
- Perderse la oportunidad de invertir a largo plazo por miedo al riesgo.
Cómo disminuir la aversión al riesgo
Hay algunas acciones que como inversionista conservador puedes tomar para que tu grado de aversión vaya disminuyendo. Entre ellas:
- Buscar un asesor financiero que pueda guiarte en el camino para que tomes mejores decisiones. En Wealth Management de GBM+ puedes conocer tu perfil de inversionista y crear la estrategia que mejor se adapte a ti y a tus objetivos de vida.
- Prepararte: la educación financiera siempre será la mejor manera de disminuir el riesgo, porque te da más claridad a la hora de hacer una inversión. En GBM Academy tienes un universo de contenido gratis para que comiences hoy.
- Diversificar tu portafolio. Esto hará que puedas controlar mejor el riesgo, sin dejar de cumplir tus objetivos de inversión.
- Probar nuevos productos financieros que cumplan con las características de bajo riesgo, pero un poco más avanzadas. Como Smart Cash, que te ofrece mejores rendimientos que las cuentas bancarias tradicionales; generas rendimiento, tu dinero está disponible y no tiene costos administrativos ni comisiones.
Ir dando pequeños pasos hacia el equilibrio te permitirá conocer otras opciones y dar con aquellas que te permitan compensar riesgo y rendimiento.Para ello te invitamos a visitar nuestra página web y conocer todas las posibilidades y respaldo que tienes con GBM+, para que comiences a invertir según tu perfil.