El mundo de las inversiones está abierto a todos y convertirse en inversionista es fácil cuando conoces bien lo qué quieres, cuáles son tus metas y cómo es tu relación con el dinero. Al contrario de lo que muchos podrían pensar, invertir no solo se trata de analizar los mercados o conocer sobre los activos que podrían darte los mejores rendimientos; se trata de entender la raíz y fundamentos de hacia dónde quieres dirigirte en la vida, para que el dinero se convierta solo en la gasolina que te ayude a llegar a la meta, y no el destino.