No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Ese debería ser un mantra para cualquier empresa con una deuda multimillonaria, como es el caso de Bed Bath & Beyond. La empresa le compartió al SEC que, por ahí del 13 de enero, entró en default por no pagar su deuda con el banco JP Morgan Chase. La confesión ocasionó que las acciones de la empresa de retail para artículos del hogar cayeran un 22%. Aunque no está muy claro cuánto dinero le deben, lo que sí es bien sabido es que la compañía tiene dos préstamos por $550 millones y $375 millones de dólares. Lo peor es que no tienen lo suficiente para pagar sus obligaciones, por lo que están considerando todas las alternativas estratégicas, incluida la reestructuración de su deuda a través de la bancarrota. La sorpresa del default no sorprendió a muchos ya que, desde inicios de mes, Bed Bath & Beyond comenzó a dar señales de que necesitaba ayuda.