El recurso más importante
A pesar de tener mano de obra calificada y su cercanía con la frontera, las recientes sequías pusieron en jaque la posición de Nuevo León en la competencia por la nueva fábrica de Tesla en México. Así lo dijo en su conferencia de ayer el presidente López Obrador, quien reconoció las gestiones del gobernador Samuel García para recibir la planta, pero reconoció que el estado “no es opción”. El argumento principal del presidente es que existe una veda que prohíbe emitir más permisos para la extracción de agua en Nuevo León debido a la escasez de líquido en los últimos meses.
¿El nuevo contendiente?
Aprovechando el tambaleo regio, Michoacán alzó la mano para sumarse a la contienda presumiendo los atractivos del estado. El gobernador michoacano, Alfredo Ramírez Bedolla, informó que mandó una propuesta a la Secretaría de Relaciones Exteriores para que la empresa de Don Elon Musk vea los atractivos que tiene su estado. Entre ellos destacan las energías limpias, los recursos hídricos y una posición logística muy buena, gracias al puerto Lázaro Cárdenas, que brinda una conexión con Norteamérica y Asia. A su vez cuentan con un terreno de 640 hectáreas en la Isla de la Palma y otro de 440 hectáreas en el Parque Bajío, donde bien podría caber la fábrica.
El premio final
A estas alturas, tanto López Obrador como el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, han confirmado que la planta de Tesla sí o sí se instalará en el país. Aunque el gobierno federal está buscando que el proyecto se ubique cerca del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles —en Hidalgo o el Estado de México—, o al sureste del país, donde hay un 70% del agua de la nación. Para México este proyecto es muy importante, ya que puede seguir impulsando el crecimiento de la industria automotriz, la cual representa casi el 4% del PIB.