El internet está transformando a la sociedad: hoy podemos incorporarnos al mundo de las inversiones a través de una aplicación, todo esto desde nuestra computadora o celular, gracias a la innovación tecnológica.
Con el nacimiento de las FinTechs, que simplifican los procesos financieros, cada vez son más las personas interesadas en hacer más con su dinero, tener un retiro digno, comprar una casa o alcanzar la libertad financiera.
Es común también enterarnos de supuestas oportunidades de inversión prometedoras y de altos rendimientos esperados, historias que alientan a inversionistas a tomar decisiones precipitadas, pues temen perderse ‘la oportunidad de su vida’.
Castillos en el aire
Cuando la empresa de la que todos hablan no para de subir, inversionistas guiados por sus emociones crean escenarios imaginarios de posibles fluctuaciones y oportunidades, lo que los impulsa a la compra de acciones de la empresa en cuestión.
Burton Malkiel, economista y autor, se refiere a estas promesas de riqueza con poca o nula sostenibilidad, como Castles in the Air.
Ilustramos este concepto con los precios de Zoom, que tuvo un crecimiento exponencial a principios de 2021, mismo que en solo meses se desplomó.
Cuando el internet habla
En enero de 2021, un grupo de personas en línea se organizó para comprar acciones de GameStop y AMC, haciendo que sus precios se dispararan repentinamente por el alto nivel de demanda.
El precio de GameStop se disparó 1800% en su punto máximo, y el de AMC subió más de 1,000%.
Solo unas semanas más tarde, estos precios cayeron y se mantuvieron abajo desde entonces; otro ejemplo de la influencia del internet en la toma de decisiones de inversión.
El efecto del internet en los mercados
Los ciclos en los que ciertos activos se aprecian súbitamente y eventualmente caen ha existido a lo largo de la historia.
A diferencia de los inversionistas del pasado, hoy estamos más expuestos que nunca a noticias, ideas e influencias en internet, por lo que en las últimas décadas la psicología se ha convertido en un pilar de las inversiones.
Más que nunca, es fundamental tener en mente que en los mercados públicos no existen atajos o gangas, aunque surjan en internet tendencias que aseguren lo contrario.