Cuando se compra una acción hay dos elementos muy importantes que tomar en cuenta, el rendimiento esperado y la incertidumbre o volatilidad. Muchos se olvidan del segundo elemento y tienen malos trades.
En un torneo de volados hay 1,024 participantes. El torneo es de eliminación directa: como en un volado cualquiera, un participante elige algún lado de la moneda (justa) mientras el contrincante se queda con el otro lado. El resultado del volado determina quién es el ganador y pasa a la siguiente ronda.
En una dinámica de este estilo hay un solo ganador, que tiene que ganar 10 rondas consecutivas: esto sucede con menos de 0.1% de probabilidad.
En este torneo no influye la habilidad, solo hay que ganar volados, por lo que es completamente aleatorio. Sería ilógico admirar al ganador y pensar que es un gran jugador de volados. ¡Irónicamente, esto ocurre muchas veces en los mercados financieros!
¿Por qué pasa? Muy fácil: cuando uno compra una acción hay dos elementos muy importantes que tomar en cuenta, el rendimiento esperado y la incertidumbre (volatilidad). Muchos se olvidan del segundo elemento. Cuando ven un activo que en su visión está subvaluado, hay quienes toman como certidumbre que el activo tiene que subir de precio; pero siempre hay error humano e irracionalidades en los mercados. Incluso los hedge fund managers más hábiles se ven obligados a vender posiciones perdedoras.
El tema de la incertidumbre
En el ejemplo de los volados, el rendimiento esperado es 0 sobre elegir águila o sol, todo es incertidumbre. En cada ejercicio de volados hay 50% de probabilidad de ganar y 50% de probabilidad de perder.
El S&P500 en dólares en los últimos 20 años ha entregado alrededor de 8% anual compuesto con una volatilidad de 20 por ciento anualizada. Es decir, la incertidumbre es 2.5 veces más grande que el rendimiento esperado.
Al comprar un activo con este comportamiento, asumiendo su normalidad así y planeando vender al año siguiente, existe una probabilidad de 34% de tener un año perdedor, incluso si el rendimiento esperado es positivo.
Este efecto se hace más drástico si el plazo que se conserva la posición es más corto. Si en lugar de un año fuese un mes, con 45% de probabilidad habría un rendimiento negativo. Ahora, si fuera solo un día, se perdería dinero con 49% de probabilidad. ¡Con periodos tan pequeños, nos acercamos al mundo de los volados!
Tomando en cuenta todo esto, hay 3 sugerencias:
1. Para traders que les gusta mantener las posiciones por un largo plazo: paciencia
Por el constante movimiento que pueden tener los precios de las acciones, es factible dar un buen pronóstico de cuánto deberían entregar en rendimiento y, aun así, después de un año seguir teniendo pérdidas. Con un comportamiento como el del S&P500 esto podría suceder 1 de cada 3 veces. Si una posición es perdedora y no ha habido un cambio fundamental en los factores de decisión de inversión, no hay razón por la cual venderla. Hasta podría ser razón para comprar más y promediar a un precio más bajo.
2. Para traders que mantienen posiciones por menos de un año: análisis profundo
Hay muy buenas estrategias como traders que buscan tener posiciones menos de un año. Sin embargo, hay que tener en cuenta que unos cuantos trades perdedores no significan que una estrategia (o discreción de una persona) sea perdedora, ni unos trades ganadores que la estrategia sea ganadora.
Ya vimos en el ejemplo que aún con rendimiento esperado positivo hay casi 45% de probabilidad de ver pérdidas. Lo que marca el edge a largo plazo es repetir este ejercicio disciplinadamente muchas veces. Como un casino en Las Vegas, en cada apuesta individual ‘La Casa’ no tiene una probabilidad muy grande de ganar, pero al repetir miles de veces apuestas con edge, se mantiene constantemente ganadora.
Por esto, si es posible hacer un back test (simulación histórica) a la estrategia, es imperativo hacerlo y revisar que esté dando retornos, ajustados al riesgo, superiores a los del mercado. En caso contrario, es importante analizar los factores de decisión de cada trade y el tiempo dirá si existe habilidad en tomar dichas decisiones. Antes de saber si existe habilidad (edge) o no, no se debería invertir mucho capital en una estrategia del estilo. Sería perjudicial apostar el patrimonio a un campeón de volados.
3. Para todos: administrar riesgos
Es imperativo administrar riesgos. Como dijo Keynes: ‘los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo del que uno puede permanecer solvente’. Aunque sea clarísimo que una acción va a subir de precio, no se puede saber qué hará en el inter. Es necesario analizar qué tanto puede bajar una acción y con eso ajustar el tamaño de la posición (cuántas acciones comprar) dependiendo de qué tanto se podría tolerar a perder.