Por: GBM Media/cortesía EFE.
Afganistán, bajo el poder de talibanes, demandó ayuda a la comunidad internacional, tras una guerra de dos décadas con elevados costos, tanto humanos como materiales.
La salida del último soldado estadounidense de Kabul marcó el fin de 20 años de duros combates entre los aliados y miembros del movimiento talibán.
20 años de guerra en Afganistán
Comenzó tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, con la búsqueda de Osama bin Laden, considerado el autor intelectual de los atentados.
En 2020, el entonces presidente Trump inició un diálogo con talibanes en Qatar, que derivó en el compromiso de que se retirarían de Afganistán a cambio de que el país no fuera base de terroristas.
Pérdidas humanas
CNN en español destaca las desoladoras cifras: en dos décadas, murieron 3,846 contratistas, 1,144 soldados de diferentes países de la OTAN y 2,442 de Estados Unidos.
El Instituto Watson de la Universidad Brown indica que de 2001 a 2021 murieron 51,191 insurgentes en Afganistán, así como entre 47,000 y 71,000 civiles y de 66,000 a 73,000 integrantes de las fuerzas de seguridad.
Alrededor de 170 personas murieron el 26 de agosto pasado, por un ataque suicida del grupo ISIS-K mientras se efectuaba la evacuación de personal estadounidense en el aeropuerto de Kabul.
Pero también se aprestaba a dejar el país su propia ciudadanía: Naciones Unidas indica que hay 2.6 millones de refugiados afganos, y 3.5 millones de personas desplazadas por el conflicto.
Costo económico
Estados Unidos puso la mayor cantidad del dinero gastado en esta guerra: unos US$978,000 millones que gastaron entre 2001 y 2021 los Departamentos de Estado y de Defensa.
Sin embargo, se han agregado otros gastos como el cuidado médico a veteranos y los intereses por el dinero prestado para financiar todas las operaciones.
También habrían gastado exorbitantes cifras en el conflicto Reino Unido (US$30,000 millones) y Alemania (US$19,000 millones).
Talibanes piden apoyo internacional
Por su lado, los talibanes han solicitado apoyo a la comunidad internacional para poder reactivar una economía golpeada y muy dependiente de la ayuda exterior.
‘Todos los inversores, nacionales y extranjeros: invito a todos a que vengan e inviertan en Afganistán.
‘Habrá una atmósfera positiva, sus inversiones estarán en buenas manos. El país será estable y seguro’, afirmó el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid.
Estados Unidos no descartó conceder ayuda en el largo plazo a los talibanes, aunque por el momento seguirá proporcionando asistencia humanitaria a los afganos a través de instituciones internacionales y ONG.
Dos décadas después
Afganistán amaneció el martes por primera vez en casi dos décadas sin la presencia de las tropas de Estados Unidos, una nueva etapa bajo un régimen talibán regido por la sharía o ley islámica.
El último avión estadounidense, un C-17, partió antes de la pasada medianoche local del aeropuerto de Kabul, completando el proceso de retirada, lo que desató la euforia de los talibanes.
En ese último vuelo viajaba el embajador en funciones, Ross Wilson, y el mayor general Chris Donahue, comandante de la 82 División Aerotransportada del Ejército, el último soldado estadounidense en abandonar Afganistán.
Restricciones al sobrevuelo
Por su parte, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos prohibió a las aerolíneas comerciales volar ‘a cualquier altitud’ sobre territorio afgano.
La FAA explicó que la decisión se debe ‘a la falta de servicios de tráfico aéreo y una autoridad civil funcional en Afganistán, así como a las preocupaciones de seguridad actuales’.
Recomendó a las aerolíneas estadounidenses usar una ruta ‘a gran altitud cerca de la frontera oriental’ del país centroasiático para los sobrevuelos.
Lee también: El impacto económico de la toma de Afganistán por parte de los talibanes