Lejos de la cima
Ernst & Young —EY para los cuates— canceló la división planeada de sus unidades de auditoría y consultoría después de que su filial estadounidense decidiera no sumarse. La decisión puso fin a una lucha de casi un año para lograr un consenso en la reorganización histórica de la firma de las grandes ligas. EY opera como una firma global, lo que significa que para un cambio de esta magnitud era necesario la aprobación de la filial en cada uno de los países.
¿Cómo estuvo la cosa?
La firma tenía previsto independizar su negocio de consultoría y gran parte de su práctica fiscal en una empresa pública. Sin embargo, el plan, conocido como el proyecto Everest, sufrió reveses debido a desacuerdos entre socios sobre compensación y recursos necesarios para mantener la división de auditoría. La decisión de la filial estadounidense puso el último clavo en el ataúd del proyecto.
Este no es el fin
A pesar de la cancelación del proyecto Everest, los líderes de la firma y observadores cercanos aún creen que la división podría suceder… sólo que con un look diferente. Esto se debe a que la decisión detrás de la división es sólida, además de que EY sigue comprometida con la creación de dos organizaciones de clase mundial para mejorar la calidad de las auditorías, la independencia y la elección del cliente.
Vía: Bloomberg y Financial Times.