Históricamente, el sector financiero en nuestro país ha sido un terreno manejado principalmente por hombres, pero en los últimos años eso está cambiando. Las mujeres han tomado un rol clave en la asesoría financiera y en el mundo de las inversiones. No solo están transformando la forma en la que se brinda acompañamiento en la toma de decisiones financieras, sino que también están impulsando un ecosistema más inclusivo y dinámico.
En los últimos seis años, en GBM Casa de Bolsa hemos visto un significativo crecimiento en la participación de mujeres en inversiones, con un aumento de más de 6,000% en cuentas abiertas dentro de la plataforma. Hoy, más de 1 millón 87 mil mujeres gestionan su dinero a través de GBM, una cifra que en 2019 era de apenas 17,277. Solo en el último año (2024-2025) el número de cuentas abiertas por mujeres creció un 25%.
Lo anterior demuestra que el interés de las mujeres por invertir también va en aumento, y que, incluso, suelen ser más disciplinadas y estratégicas en su planificación financiera, priorizando la diversificación y la sostenibilidad en sus portafolios.
A pesar de los avances, todavía hay retos por superar. Aún existe una brecha de género en la confianza para invertir; sin embargo, cada vez hay más iniciativas de educación financiera que están marcando la diferencia. Estos esfuerzos no solo brindan herramientas y conocimiento, sino que también fomentan una comunidad en donde más mujeres se sienten seguras para tomar el control de sus finanzas, invertir con confianza y construir su patrimonio a largo plazo.
En el ámbito de la asesoría financiera, también se comienza a ver una participación cada vez más equilibrada entre hombres y mujeres, ya que de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB), actualmente el 42% del personal certificado bajo la figura de asesor en estrategias de inversión son mujeres.
Las asesoras financieras han demostrado habilidades notables en la gestión del riesgo, la planificación patrimonial y la educación financiera de sus clientes. Su enfoque tiende a ser más holístico y orientado a objetivos de largo plazo, lo que genera mayor confianza y compromiso por parte de los inversionistas.
En conclusión, el futuro de las inversiones y la asesoría financiera en México se perfila como un espacio más inclusivo y diverso, impulsado por el creciente liderazgo y la participación de mujeres que continúan rompiendo barreras y desempeñando roles clave como inversionistas.
Para consolidar este avance, será esencial continuar promoviendo la educación financiera y colaborar estrechamente con las autoridades para implementar políticas que impulsen la equidad de género, garantizando así una transformación real y sostenible en el sector.