Cada vez que enciendes una luz gracias a un panel solar, ves girar una turbina eólica o escuchas sobre hidrógeno verde, estás frente a un fenómeno que va más allá del cuidado ambiental: una revolución energética que también es una oportunidad financiera. Las energías renovables están dejando de ser una tendencia para convertirse en una necesidad global —y eso las vuelve uno de los sectores más interesantes para construir portafolios resilientes, con visión a largo plazo y alineados con las megatendencias del futuro.

En un mundo que avanza hacia la descarbonización y que busca alternativas al petróleo y al gas, invertir en energías limpias es también invertir en infraestructura crítica, innovación tecnológica y transición energética.

¿Qué abarca el sector de energías renovables?

El sector de energías renovables está compuesto por empresas, proyectos e infraestructuras que generan energía a partir de fuentes naturales que se regeneran constantemente. Entre las principales tecnologías se encuentran:

• Energía solar: la más accesible y popular, gracias a paneles fotovoltaicos instalados en techos, granjas solares o incluso dispositivos portátiles.
• Energía eólica: tanto en tierra como en mar, las turbinas convierten el viento en electricidad limpia.
• Energía hidroeléctrica: aprovecha el movimiento del agua (presas o corrientes naturales) para generar energía.
• Biomasa y biogás: combustibles generados a partir de residuos agrícolas, forestales o urbanos.
• Geotérmica: extrae el calor de las capas internas de la Tierra.

Además, están surgiendo nuevas apuestas como el hidrógeno verde y tecnologías de almacenamiento energético, claves para garantizar el suministro cuando el sol no brilla o el viento no sopla.

¿Por qué tener energías renovables en tu portafolio?

Ventajas:

• Megatendencia estructural: La transición energética está en marcha. Países, empresas e inversionistas están redirigiendo capital hacia energías limpias, empujados por acuerdos internacionales y metas de cero emisiones.
• Atractivo ESG: Es uno de los sectores más relevantes para quienes invierten con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
• Disminución de costos: La tecnología renovable, especialmente solar y eólica, ha reducido sus costos drásticamente en la última década, mejorando la rentabilidad de los proyectos.
• Innovación constante: Avances en almacenamiento, redes inteligentes y eficiencia energética amplían su potencial.

Riesgos a considerar:

• Volatilidad y ciclos: Algunas empresas del sector aún no son rentables o dependen de subsidios gubernamentales, lo que introduce incertidumbre.
• Riesgo regulatorio: Cambios en políticas energéticas, tarifas o subsidios pueden afectar el rendimiento de algunas inversiones.
• Alta competencia: El auge del sector ha atraído a muchos jugadores, lo que puede generar presión sobre márgenes y dificultar la selección de ganadores.

¿Dónde puedes invertir en energías renovables desde México?

ETFs internacionales:

• ICLN – iShares Global Clean Energy ETF: exposición global a empresas líderes en energía limpia.
• TAN – Invesco Solar ETF: especializado en el sector solar.
• FAN – First Trust Global Wind Energy ETF: enfoque en energía eólica.
• QCLN – First Trust Nasdaq Clean Edge Green Energy Index Fund: combinación de tecnologías limpias e innovación.

Acciones internacionales:

• NextEra Energy (NEE): líder en energía eólica y solar en USA.
• Enphase Energy (ENPH): especializada en microinversores solares y almacenamiento.
• Plug Power (PLUG): pionera en hidrógeno verde.
• Brookfield Renewable Partners (BEP): operador global de activos renovables diversificados.

Empresas mexicanas o con operaciones en México:

• IEnova (ahora parte de Sempra Infraestructura): aunque no cotiza de forma directa, tiene exposición a proyectos de energía limpia.
• Grupo México: Inversiones en energía solar y autogeneración limpia
• Bimbo: Uso de parques eólicos y paneles solares para abastecer sus operaciones.

¿Y México en todo esto?

Nuestro país tiene un alto potencial solar y eólico, especialmente en el norte y el istmo de Tehuantepec. Aunque el entorno regulatorio ha tenido cambios en los últimos años, la presión por descarbonizar y atraer inversión extranjera vía nearshoring podría detonar nuevos proyectos y abrir oportunidades interesantes para inversionistas locales.

Invertir en energías renovables es apostar por una economía más limpia, moderna y resiliente. Es también reconocer que las fuentes fósiles tienen fecha de caducidad, mientras que el sol y el viento seguirán ahí, listos para ser transformados en valor.

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