5 de septiembre
Actualizado: hoy a las 9:28 am
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(No) Hecho en México: el impacto de los aranceles
- ¿Por qué algunos productos importados son tan caros? Puede ser que tengan un arancel.
- Un arancel es un impuesto que busca proteger a las industrias nacionales.
- Aunque no lo veas y aunque se le aplique a China, lo pagas: los aranceles también llegan a tu bolsillo.
Imagina que vas caminando por una tienda y ves una botella de vino chileno que se te antoja para el fin de semana. Mismo tipo de uva, calidad similar… pero cuesta casi el doble que una botella producida en Baja California o Querétaro. ¿Te has preguntado por qué? Probablemente, la respuesta está en algo que no se ve, pero definitivamente sientes: un arancel.
Un arancel es un impuesto que se aplica a productos importados con el fin de encarecerlos frente a aquellos que se producen dentro del país. Así, al hacerlos menos competitivos en precio, se busca que los consumidores opten por lo hecho en casa.
Piénsalo así: supón que en otro país se fabrican camisas que se venden en 150 pesos porque allá los costos son mucho más bajos. Mientras tanto, producir esa misma camisa en México cuesta 250 pesos. Si ambas llegan al mismo anaquel, ¿cuál crees que va a elegir la mayoría de la gente?
Para evitar que la camisa extranjera gane por ser más barata, el gobierno le pone un arancel de, digamos, 100 pesos. Así, su precio sube a 250 y la camisa nacional tiene mejores posibilidades de competir.
Aunque el arancel lo paga formalmente quien importa el producto —ya sea un distribuidor o empresa—, ese costo no se queda ahí. El productor incorpora este impuesto a su estructura de costos y lo traslada al precio final que tú pagas como consumidor. Es decir, aunque el arancel no aparece en tu ticket porque el gobierno no te lo cobra a ti directamente, sí se refleja en lo que cuesta el producto.

Y así como las camisas, los aranceles vienen en distintas formas y tamaños. Algunos son fijos: se cobra una cantidad establecida por cada unidad que entra al país, como diez pesos por kilo de café. Otros son proporcionales, también conocidos como ad valorem, y se calculan como un porcentaje sobre el valor del producto. Por ejemplo, si se impone un arancel del 25% a un auto que cuesta 400 mil pesos, ese impuesto suma 100 mil pesos más sobre el precio final.
Y, como en muchas decisiones económicas, los efectos de un arancel pueden ser distintos según desde dónde se mire.
Después de un tiempo, algunos productores nacionales pueden beneficiarse, sobre todo si logran adaptarse y cubrir la demanda que antes atendían los bienes importados. Además, el gobierno puede obtener más ingresos a través de la recaudación de este impuesto.
Por otro lado, el consumidor suele encontrar productos con precios más altos, con menos variedad o calidad en algunos casos. Los exportadores de otros países pueden perder participación en el mercado. Y si se protege a industrias que no son competitivas, el país termina destinando recursos —tiempo, dinero, talento— a fabricar cosas que podrían obtenerse a menor costo trayéndolas del extranjero. Es decir, se pierde la oportunidad de aprovechar mejor los recursos ajenos.
Además, el uso extendido de aranceles puede provocar tensiones entre países o desincentivar el comercio global, lo que termina afectando la innovación, los precios y el acceso a productos para todos.
Así que, la próxima vez que algo te parezca “carísimo de París”, pregúntate si es por la distancia que recorrió desde Francia… o si ese producto tiene un arancel. Las políticas comerciales de un país no se quedan en las aduanas ni en las noticias; terminan en los precios que tú ves todos los días.