6 de octubre
Actualizado: hoy a las 11:57 am

The Idea
Iris Energy Limited (IREN)
Iris Energy Limited (IREN) es una compañía australiana que diseña, construye y opera centros de datos de nueva generación en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), alimentados 100% por energía renovable. Su modelo combina tres industrias clave: minería de Bitcoin, infraestructura de inteligencia artificial (IA) y desarrollo de centros de datos de alto rendimiento (HPC). Aunque inició como una minera de Bitcoin en 2018, hoy IREN está pivotando hacia el negocio de cómputo intensivo, ofreciendo potencia de procesamiento para empresas tecnológicas, desarrolladores de modelos de IA y proveedores de servicios en la nube.
La minería de Bitcoin y los servicios de IA comparten una necesidad central: enormes cantidades de energía y cómputo especializado. La cadena de valor inicia con la construcción de infraestructura (centros de datos, sistemas de enfriamiento, subestaciones), seguida del suministro de energía y hardware, para finalmente ofrecer servicios de validación de transacciones (Bitcoin) o procesamiento de datos (IA). IREN participa en todas estas etapas: controla el terreno, el diseño, el hardware, la energía y la operación.
Su capacidad energética instalada supera los 750 MW —comparable con alumbrar la Torre Eiffel por más de 7 años—, con sitios como Sweetwater (Texas), que podría escalar hasta 2.75 GW. Esta infraestructura le permite atender cargas masivas de cómputo: desde minería (50 EH/s de capacidad instalada) hasta entrenamientos complejos de IA. Su próximo paso es lanzar Horizon 1, un centro líquido-enfriado de 50 MW diseñado para chips Blackwell, mientras prepara Sweetwater como hub de 2 GW para cómputo del futuro.
La transición de cripto a IA no es casualidad. Tras alcanzar 50 EH/s —equivalente al 6-8% de la red global de Bitcoin que actualmente tiene un total de ~600–800 EH/s, IREN pausó su expansión minera para enfocar recursos en centros de datos líquidos-enfriados que atienden la creciente demanda de cómputo para IA. Esta decisión reduce su dependencia del precio del Bitcoin y abre la puerta a flujos más estables y con márgenes más altos.
Esta estrategia tiene aún más sentido si se considera que uno de los mayores cuellos de botella globales para escalar IA es la energía. Entrenar y operar modelos como GPT o Gemini requiere MW de potencia enormes, constantes y —cada vez más, limpios. Aquí es donde IREN sobresale: no depende de la red eléctrica tradicional ni de fuentes fósiles. Su energía proviene de hidroeléctricas y parques eólicos en sus propios sitios. Este control vertical le permite operar a menor costo, evitar interrupciones, y cumplir con estándares ESG que muchos de sus rivales no pueden garantizar.
A pesar de un rendimiento positivo de +73% en lo que va del año, IREN cotiza a apenas 17.6x PE NTM, por debajo del promedio del sector tecnológico y a pesar de estimados de crecimiento de alrededor 115% anual en utilidades durante los próximos años. En este contexto, IREN recientemente se volvió rentable—lleva ya dos trimestres consecutivos con utilidades netas— y además, utiliza las ganancias de su operación minera como fuente de flujo de efectivo para financiar su crecimiento sin recurrir a deuda significativa —de hecho la empresa cuenta con caja neta.
Claramente existen riesgos, sobre todo en torno a la ejecución de proyectos (como Horizon 1 o Sweetwater), alta correlación con el precio del Bitcoin en el corto plazo, y presión competitiva en el sector IA. Sin embargo, su balance limpio, disciplina financiera la hacen destacar como una tesis de crecimiento.
IREN ofrece una jugada estratégica para inversionistas que buscan exposición a tres de las mayores megatendencias de esta década: energía limpia, infraestructura IA y cripto. Es una apuesta fundamentada en activos duros, márgenes sólidos y camino claro de crecimiento. En un mundo cada vez más digital y electrificado, IREN es uno de los pocos habilitadores listos para abastecer la nueva economía del cómputo.
