Por: GBM Media/Cortesía EFE.
Mientras sigue su reestructuración de negocio, el conglomerado industrial General Electric (GE) anunció que en el segundo trimestre de 2021 obtuvo un beneficio neto de US$154 millones, que no obstante son 97% menos con respecto al mismo tramo del ejercicio anterior.
Con sede en Boston, la veterana empresa, que en la primera mitad de 2020 ganó US$5,663 millones que prácticamente ha reducido a cero, registró por otra parte una facturación de 35,397 millones en los seis primeros meses de este año, lo que supone un 2% menos interanual.
En el segundo trimestre, en el que más se fijaban los analistas de Wall Street, GE redujo sus pérdidas un 76%, hasta 224 millones, y aumentó un 9% sus ingresos, hasta 18,279 millones, impulsada por la recuperación de la pandemia del coronavirus.
‘Señales tempranas de recuperación’
El principal ejecutivo de la firma, Lawrence Culp Jr., consideró esos resultados ‘fuertes’ y destacó que en los tres meses más recientes los pedidos y la facturación han vuelto a crecer, los márgenes de operación han aumentado en todos los segmentos y se ha generado liquidez.
‘Se está creando impulso en todos nuestros negocios, liderados por Sanidad y por los servicios en general, con Aviación mostrando señales tempranas de recuperación’, explicó.
La compañía registró un considerable incremento de pedidos en Aviación, del 47% hasta un valor de casi US$5,500 millones, gracias a la buena marcha de sus operaciones de motores y servicios para aviones comerciales.
Tras años de restructuración para lograr una empresa más simple, GE se está centrando en el “futuro del vuelo, la sanidad de precisión y la transición energética”, señaló en una nota.
GE is transforming to a more focused, simpler, stronger high-tech industrial company. Hear from GE Chairman and CEO Larry Culp how our teams delivered strong overall performance in 2Q. https://t.co/ftLYYZqVsw pic.twitter.com/teypJEaH1t
— General Electric (@generalelectric) July 27, 2021
Su brazo financiero, GE Capital, con cuentas por separado, generó unas pérdidas de 1,141 millones de dólares, de las cuales en torno a 600 millones fueron atribuidas a las operaciones en curso relacionadas con ‘costes de extinción de deuda’.
Los resultados tuvieron una buena acogida en Wall Street, y un par de horas después de la apertura de la sesión las acciones de la firma subían un 1.26%. Desde el comienzo del año, se ha revalorizado un 21%.