Bloque por bloque, pieza por pieza. Prácticamente como un set de Lego, así es como se ha modificado el panorama de la manufactura global. Desde la logística hasta las relaciones comerciales, cada componente se ha reorganizado y encajado para que México emerja como uno de los países más beneficiados de este cambio, redefiniendo el papel de la economía global.
En este nuevo escenario de nearshoring, las empresas globales, al igual que un adulto armando las más de 7,500 piezas del set del Millenium Falcon, seleccionan cuidadosamente cada elemento para ensamblar sus operaciones más cerca de casa, buscando la eficiencia y la adaptabilidad en cada paso.
La creciente tensión comercial entre China y las potencias occidentales, así como los desafíos logísticos causados por la pandemia de COVID-19, han puesto en el top of mind la importancia de tener operaciones de manufactura más cercanas a los mercados de consumo clave. El gran beneficiario de este proceso de relocalización es nuestro país. A México le ha caído la oportunidad para capitalizar esto con sus fortalezas para convertirse no solo en un centro manufacturero para América del Norte, sino que también está atrayendo la atención de empresas globales que buscan diversificar sus cadenas de suministro y mitigar riesgos. No en balde, Estados Unidos le compró más productos a México que a China en todo el 2023, algo que no se veía en más de 20 años.
Esta semana en The Story, les traemos una forma interesante de ver el avance de México en cuanto al nearshoring, tomando como caso de estudio la inversión de Lego en nuestro país.
El origen
Lego comenzó en el lejano 1932, fundada por el carpintero danés Ole Kirk Kirstiansen. Como buen origen de carpintero, los primeros juguetes de Lego estaban hechos de madera y hasta 1947 comenzó a trabajar con plástico. No fue sino hasta 1949 que introdujo los ahora icónicos ladrillos de plástico interconectables, aunque en una forma más primitiva en comparación con los estándares actuales.
El concepto más importante de la compañía apareció en 1955, cuando Kristiansen ideó el llamado “Lego System”. ¿El qué? El Lego System, significa que todos los elementos encajan entre sí y se pueden utilizar de múltiples maneras; en otras palabras, se pueden construir juntos. El concepto implica que los ladrillos comprados hace años encajarán perfectamente con los ladrillos comprados hoy. Para Lego, significa que sus productos no solamente tienen valor “actualmente”, sino que mantendrán su valor siempre.
GBM Insight: En 1958 la compañía introdujo la patente para un nuevo sistema de acoplamiento para sus ladrillos, ese es el diseño que conocemos hoy en día. Tanto la patente como el Lego System resultaron tan importantes, que se tomó la decisión de abandonar la producción de juguetes de madera luego de que se incendiara un almacén de la compañía en 1960.
Línea del tiempo de los productos importantes en la historia de Lego
Mientras tanto, la historia de Lego en México se remonta a principios de los años 2000. Las primeras piezas se produjeron en la planta de Flextronics en Juárez, como parte de una transferencia planificada para 2006 de la producción de la compañía a México. Sin embargo, ese plan se vio envuelto en problemas de producción y distribución, lo que llevó a la compañía a buscar opciones en otro lado…
La estancia en México
Así fue como llegó el tema de abrir una planta en Monterrey, la cual comenzó a operar en 2009. Originalmente se planeó que la planta tuviera capacidad para estar cerca del consumidor estadounidense y satisfacer aproximadamente el 40% de su mercado, mientras que el 60% restante se cubriría con envíos desde las fábricas en Billund, Dinamarca y Nyíregyháza, Hungría.
La planta de Monterrey resultó tan buena idea para la compañía que le siguieron anuncios de expansión en 2011 y 2015. La ampliación más reciente de todas fue anunciada a finales de 2023 e implica una inversión de 205 millones de dólares. Actualmente, el complejo cuenta con una extensión de 275 mil metros cuadrados y, para cuando termine la construcción en 2025, tendrá un total de 334 mil metros cuadrados repartidos en 83 hectáreas. Ya es la más grande del mundo para el Grupo Lego.
GBM Insight: El complejo se encarga de todo el proceso, desde el moldeo, procesamiento de elementos, decoración y embalaje. Se espera que se inaugure un nuevo edificio de moldeo este año, lo que aumentará en un 50% su capacidad de producción.
El valor de Lego
Desde 2003, cuando estuvo a punto de caer en bancarrota tras acumular deudas superiores a los $800 millones de dólares, Lego tuvo que reorganizar su estructura y negocios para hoy en día ser la marca de juguetes más valiosa del mundo, alcanzando un valor de 7,400 millones de dólares.
El problema de la compañía se debió a que creció lateralmente demasiado rápido. Por ejemplo, abrieron tres nuevos parques temáticos entre 1996 y 2002 en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania. Además, comenzaron a producir mucha más variedad de piezas. Para que te des una idea, a principios de este siglo llegaron a tener más de 6,000 piezas diferentes en sus sets, mientras que hoy en día lo redujeron a poco más de 3,700.
Uno de sus cambios más significativos fue la adquisición de licencias, que comenzó con Star Wars en 1999. Otras marcas importantes que tienen en su bolsillo son las de Harry Potter (2001-2011 y otra vez a partir de 2018), Marvel (2012) y más recientemente la de Nintendo (2020). Además, desde 2008 cuentan con el programa LEGO Ideas (formalmente conocido como CUUSOO), en el que fans de todo el mundo pueden presentar sus propias ideas de producto. Parte de la recuperación económica de la empresa también estuvo motivada por la reducción de algunos de los costos de envío más altos al ubicar plantas de fabricación cerca de mercados clave, como aquí en México.
GBM Insight: Debajo de Lego, el top 3 de las marcas de juguetes más valiosas del mundo, lo completan la empresa japonesa Bandai Namco con un valor de 1,500 millones de dólares y Fisher-Price de 879 millones de dólares. Un poco más abajo, se encuentran Barbie, Nerf y Hot Wheels.
El nearshoring en nuestro país
La historia de éxito de Lego no es solo un testimonio de la fortaleza y la adaptabilidad de una marca global; también es un reflejo del creciente papel de México en la economía global y su potencial como centro de nearshoring. La decisión de Lego de expandir su operación en Monterrey, convirtiéndola en la planta más grande del grupo a nivel mundial, es un ejemplo claro de cómo México ofrece un terreno fértil para empresas globales que buscan eficiencia, innovación y una posición estratégica cerca de los mercados clave.
La bonanza del nearshoring no está llegando por un simple accidente geográfico que nos hace compartir frontera con Estados Unidos. Las disposiciones del T-MEC benefician a productos ensamblados dentro de Norteamérica para su comercialización en la región. Esto, y la extensa red de tratados comerciales de México con más de 50 países, son un pilar fundamental en el crecimiento manufacturero mexicano. Estos acuerdos de libre comercio facilitan un acceso preferencial a mercados clave, lo que a su vez atrae inversiones extranjeras y eleva la competitividad de los productos mexicanos en el mercado internacional.
Sería absurdo creer que el mundo y sus modelos económicos no cambian. Hoy en día no se puede vislumbrar un mundo sin Lego, así como ya no podemos ver un México que no aproveche sus tratados comerciales y promueva reformas atractivas para el nearshoring. El país se está posicionando como un nuevo hub manufacturero crítico, especialmente en el contexto de las tensiones comerciales actuales y la búsqueda de cadenas de suministro más resilientes.
Mucho se habla de que el nearshoring es el más nuevo “Mexican moment” para el país, el más importante de todos hasta ahora. ¿Estaremos a la altura de las circunstancias o será una nueva oportunidad perdida en nuestra historia? Solo el tiempo, y nuestras decisiones del presente, lo dirán.