Casi se les acabó la pista
Tras superar un proceso de quiebra en Estados Unidos, la aerolínea mexicana Aeroméxico apostó por un plan ambicioso de renovación de flota para recuperarse de la crisis económica que casi la lleva a la bancarrota. El plan de la compañía incluye adquirir 150 aeronaves, incluyendo 20 aviones de largo alcance Boeing 787 Dreamliner y 50 aeronaves 737 Max, para lo cual invertirán cerca de $5,000 millones de dólares en arrendamiento, compra y desarrollo de productos y tecnología durante los próximos cinco años.
Destino: sustentabilidad
Los Dreamliner 787-9 de Aeroméxico, fabricados con más del 50% de materiales compuestos, son más ligeros y eficientes en el consumo de combustible. Esto permite una reducción de hasta el 20% en el consumo de combustible —así como una reducción de los costos— y un 25% menos de contaminación ambiental en comparación con otros aviones de su misma línea. La flotilla actual de Aeroméxico cuenta con 20 aviones Dreamliner 787, lo que la hace la única aerolínea en México en contar con este tipo de aeronaves.
Ya lo pasado, pasado
Aeroméxico también opera 50 aviones Boeing 737 Max, que se utilizan principalmente en rutas dentro de Latinoamérica, Canadá y México. Estas aeronaves han mejorado su eficiencia en el consumo de combustible debido a innovaciones en sus motores. A pesar de los problemas de seguridad que enfrentaron en 2019, los nuevos modelos de 737 Max han superado los problemas y cuentan con una confiabilidad superior al 99%. La renovación de la flota coincide con la recuperación de la demanda, ya que Aeroméxico reportó un aumento del 39% en el transporte de pasajeros en el primer trimestre del 2023 en comparación con el mismo período del año anterior.
Vía: El País.