10 de mayo

Actualizado: ayer a las 6:57 pm

Historia del mercado de valores en México  

La Bolsa Mexicana de Valores ha evolucionado a lo largo de su historia, interconectando ahorro e inversión. Desde sus inicios hasta su modernización en los años 90, hoy es clave para el crecimiento económico en México.

28 OCT 24

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La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) desempeña un papel fundamental en las finanzas de México al interconectar dos elementos esenciales: el ahorro y la inversión. 

Aunque muchos recuerdan la BMV de los 90, cuando nuestro país empezó a abrirse económicamente, su historia es mucho más antigua, comenzando en 1894 con la creación de la Bolsa Nacional, ubicada en la calle de Plateros, hoy conocida como Madero, en el corazón de la CDMX. 

Antes de esta fecha, el mercado bursátil ya mostraba signos de vida con un toque único. De acuerdo con el Museo de la Bolsa (MUBO), una mujer visionaria llamada Filomena Mayeu fue pionera en organizar operaciones bursátiles desde su pastelería y dulcería "Viuda de Genin". Sin darse cuenta, Mayeu estaba dando los primeros pasos en lo que se convertiría en la historia del mercado de valores en México. 

A finales del siglo XIX, empresas como Cervecería Toluca y Moctezuma, Jabonera 'La Laguna' y el Banco Nacional de Londres ya operaban en el mercado local, lo que llevó a la formalización de éste con la fundación de la Bolsa Nacional en 1894. 

Un año después, la Bolsa se fusionó con otra conocida como la Bolsa de México, dando origen a la Bolsa de México. A lo largo de varias décadas, la institución enfrentó altibajos influenciada por la Revolución y diversas crisis económicas. Sin embargo, en 1933 renació como la Bolsa de Valores de México S.A., bajo la supervisión de lo que hoy conocemos como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. 

Con los años, el mercado bursátil fue evolucionando y, para los 70, ya existía una sola bolsa consolidada: la Bolsa Mexicana de Valores. En 1990, la BMV se mudó a su actual sede en Paseo de la Reforma, en donde las operaciones se modernizaron, pues ya se usaba tecnología electrónica para el despliegue de información, aunque las transacciones aún se hacían de viva voz. 

En los 90, la modernización se aceleró. Las empresas mexicanas comenzaron a cotizar en mercados internacionales a través de los ADRs, haciendo más fácil para los inversionistas de Estados Unidos comprar acciones mexicanas. Durante esos años, también se lanzaron sistemas electrónicos de negociación, como BMV-SENTRA y el Mercado de Derivados (MexDer). Para 1999 todas las operaciones ya se hacían de manera electrónica. 

En el siglo XXI, la BMV siguió creciendo. Se introdujeron nuevos instrumentos financieros como los Certificados Bursátiles y, en 2008, el Grupo BMV lanzó su propia oferta pública inicial (IPO) recaudando 400 millones de dólares. 

Actualmente, la BMV es una de las bolsas más importantes de América Latina. Además de financiar a las empresas, ofrece una manera eficiente para invertir, ya que brinda acceso a una gran cantidad de compañías, facilita la compra y venta de acciones y, permite aprovechar incentivos fiscales.  

En resumen, invertir en la BMV es apostar por el crecimiento de empresas mexicanas e internacionales con gran potencial, buscando generar buenos rendimientos para los inversionistas. Su historia nos muestra que un mercado de valores bien regulado es clave para impulsar el ahorro y la inversión, que son pilares fundamentales para el crecimiento económico de nuestro país. 

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