
Navegando la ola global de deuda: una visión racional para inversionistas mexicanos
El conservadurismo fiscal es una virtud que, aunque a veces pasada de moda, suele resurgir con fuerza en tiempos turbulentos. El período actual no es distinto. Los gobiernos de los países desarrollados se han embarcado en una ola de gasto desmedido, generando déficits en una magnitud que no se había visto en décadas. Para los inversionistas en México, comprender esta tendencia fiscal global y sus posibles repercusiones no es una tarea académica, sino algo esencial para preservar y acrecentar su capital.
El panorama fiscal actual
Estados Unidos tuvo un déficit presupuestario del 7% del PIB en 2024. Las propuestas actuales, incluyendo las de la administración Trump, buscan convertir en permanentes los recortes de impuestos, mientras incrementan los beneficios sociales para trabajadores del sector hospitalario, adultos mayores y niños en situación de pobreza. En conjunto, estas políticas implican billones de dólares de deuda adicional durante la próxima década (The Economist, 2025). Estados Unidos no está solo en este escenario: Gran Bretaña y Francia registran déficits cercanos al 6% de su PIB, e incluso Alemania—antes sinónimo de prudencia fiscal—está tomando prestado el 3% de su PIB para inversiones en defensa e infraestructura.
Los inversionistas con conocimiento económico deben recordar una regla esencial: la acumulación de deuda es manejable únicamente cuando la economía crece más rápido que el costo del endeudamiento. Hoy, sin embargo, los costos de endeudamiento del mundo desarrollado han aumentado significativamente respecto a los mínimos de la época de pandemia, con rendimientos promedio de bonos gubernamentales a 10 años subiendo aproximadamente al 3.7%, desde poco más del 1% durante la pandemia (The Economist, 2025). Con un crecimiento económico más débil y tasas de interés más altas, la aritmética fiscal se vuelve cada vez más complicada. Los países que anteriormente podían mantener grandes déficits primarios (el balance presupuestal antes del pago de intereses) y aun así reducir su relación deuda-PIB, ahora necesitan equilibrar sus presupuestos primarios solamente para estabilizar esta relación.
Japón, por ejemplo, que recientemente redujo su relación deuda-PIB en 24 puntos porcentuales gracias a condiciones benignas de inflación y crecimiento, ahora enfrenta un panorama menos favorable. Incluso países con historial fiscal encomiable, como Suiza, están relajando sus políticas presupuestarias, añadiendo un mes entero de pensiones estatales y pasando de tener grandes superávits a presentar pequeños déficits (The Economist, 2025).
¿Por qué se está perdiendo la disciplina fiscal?
Una razón principal es el cortoplacismo político. Los rescates financieros durante la pandemia han instaurado hábitos de generosidad fiscal en los responsables políticos. Esa generosidad, originalmente justificada por circunstancias excepcionales, ahora se ha convertido en adicción política, fomentada además por presiones populistas y magnificada por las redes sociales y ciclos noticiosos continuos que hacen políticamente intolerable la austeridad fiscal.
Sin embargo, como sabe todo inversionista experimentado, la economía no se preocupa por conveniencias políticas. La experiencia histórica demuestra claramente que el endeudamiento excesivo eventualmente pasa factura mediante un menor crecimiento económico, inflación más alta, o ambas. México mismo experimentó dolorosos ajustes económicos derivados del endeudamiento irresponsable de los años 80, una lección grabada en la memoria colectiva de los inversionistas mexicanos. Lo que ocurrió en México podría repetirse a escala global si las tendencias actuales persisten.
El factor demográfico
La realidad demográfica exacerba aún más esta situación. El retiro de la generación de los baby boomers—anticipado desde hace mucho tiempo, pero pobremente planificado—impondrá cargas adicionales enormes sobre los sistemas de salud y pensiones, tensando aún más las finanzas públicas justo cuando los gobiernos parecen menos preparados. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del Reino Unido advirtió desde 2015 sobre este punto crítico de transición demográfica, pronosticando un aumento en los desafíos fiscales (The Economist, 2025).
¿Qué hacer ante esta ola de deuda global?
La receta permanece sencilla e independiente de los ciclos económicos: apegarse a principios disciplinados de inversión y a una estricta diversificación. No intentar predecir los movimientos del mercado ni especular sobre la dirección de las políticas gubernamentales, sino posicionar las carteras sólidamente en clases de activos diversificadas con protección ante la inflación y diversificación internacional. Bonos indexados a la inflación y portafolios de renta variable gestionados de manera cuidadosa deben ser elementos clave en los planes de largo plazo de los inversionistas.
Finalmente, los inversionistas deben vigilar de cerca los indicadores del sentimiento del mercado, particularmente los rendimientos de deuda soberana. Aunque nadie puede predecir con exactitud cuándo se podría perder la confianza de los inversionistas, provocando aumentos repentinos en las tasas de interés, los inversionistas cautelosos siempre tienen estos riesgos presentes, diseñando portafolios que no busquen explotar la irresponsabilidad fiscal a corto plazo, sino resistir correcciones inevitables.
Reflexión final: la importancia del asesoramiento profesional
En estos tiempos de incertidumbre, los inversionistas mexicanos se beneficiarán enormemente de una asesoría financiera profesional. Un asesor experimentado, familiarizado con la economía global y con principios disciplinados de inversión, puede aportar una perspectiva invaluable, ayudando a navegar las carteras en entornos complejos. La inversión inteligente no consiste en perseguir tendencias de corto plazo, sino en proteger y construir progresivamente el patrimonio mediante la diversificación y la experiencia profesional. Los inversionistas que adopten este enfoque no estarán reaccionando simplemente a la irresponsabilidad fiscal de los gobiernos, sino que estarán estratégicamente posicionados para la economía del mañana.
- The Economist. (2025, 29 de junio). Big, beautiful budgets: not just an American problem.
- Office for Budget Responsibility. (2015). Fiscal sustainability report, UK Government.
- Reinhart, C., & Rogoff, K. (2009). This Time Is Different: Eight Centuries of Financial Folly. Princeton University Press.
- Banco de México. (Diversas fechas). Registros históricos de la política fiscal de México.
- OECD Economic Outlook. (2024). OECD Publishing, Paris.