Las hipotecas o créditos hipotecarios son préstamos otorgados por diversas instituciones financieras que pueden utilizarse para comprar una casa, un departamento, un terreno o incluso remodelar o ampliar una propiedad.
Este tipo de préstamos ofrecen esquemas de pago de mediano a largo plazo, o en números, de 5 hasta 30 años y los pagos se hacen de manera mensual. Al ser un crédito hipotecario, la misma propiedad que se está comprando es la garantía de pago de dicho crédito. Al finalizar el plazo se tramita una Carta de Libertad de Gravamen, con lo que se demuestra que el crédito se ha liquidado y que la casa ya no está hipotecada. Por el contrario, de no cumplir con los pagos, esta puede ser embargada a las o los propietarios.
¿Qué considerar al pedir créditos hipotecarios?
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), existen ciertas consideraciones que debemos tomar en cuenta al solicitar un crédito hipotecario para hacer la mejor elección:
Realiza un diagnóstico de tu situación financiera
Es importante que analices a profundidad tus finanzas personales, piensa si tienes un trabajo estable, si cuentas con ahorros o los ingresos necesarios, si tienes el dinero para poder dar el enganche inicial y si estás preparada o preparado para un compromiso de este tipo.
Busca la propiedad de acuerdo con tus necesidades
Otro punto importante que debes tener en cuenta es que consideres tus posibilidades financieras mientras buscas tu nuevo hogar. También es recomendable que priorices, al momento de buscar inmuebles, detalles que sean relevantes para ti como el tamaño del lugar, su ubicación, los servicios cercanos, entre otros.
Solicita varias cotizaciones
Revisa las opciones de entidades financieras que emiten los créditos hipotecarios. Pon atención en:
- Tiempo de respuesta para la autorización del crédito.
- Comisiones del crédito.
- Condiciones de cada entidad financiera (enganche, gastos notariales, seguro, pago mensual y total, duración del crédito)
- Tasa de interés.
- Planes de financiamiento.
- Oferta Vinculante (un documento que dice exactamente el costo de tu crédito).
Antes de firmar verifica la información
Asegúrate de que todo lo pactado y acordado está tal cual en tu contrato, así no habrá sorpresas en el futuro.
¿Cómo elegir créditos hipotecarios?
¡No te vayas con la primera opción! Recuerda que la paciencia es la clave. Puedes utilizar el Simulador de Movilidad Hipotecaria de la Condusef para comparar a las diversas instituciones crediticias y elegir la que más te convenga.
¿Cómo calcularlo?
El Simulador de Movilidad Hipotecaria concentra información de 12 entidades financieras, así que tendrás la posibilidad de comparar el pago mensual, el CAT, el plazo y el total que pagarías al final del crédito. Y si ya tienes un crédito hipotecario, podrás conocer los beneficios y riesgos de cambiar de institución crediticia.
Algunas consideraciones para tu crédito hipotecario
Si todavía estás indeciso, Condusef recomienda considerar lo siguiente:
- Una tasa de interés menor, no siempre representa un menor costo.
- Puedes elegir hacer pagos chiquitos, pero toma en cuenta que el plazo para pagar tu crédito aumentará.
- En caso contrario, si quieres terminar de pagar pronto, reducir el plazo de tu crédito te permitirá liquidarlo antes, pero la mensualidad podría ser mucho mayor.
- Antes de tomar la decisión de modificar el monto o plazo de tus pagos, recuerda que esto podría aumentar el pago total del crédito. Pero si haces un esfuerzo por reducir el plazo, podrías conseguir un ahorro.
- Si ya tienes un crédito y decides cancelarlo para contratar uno nuevo, perderás los beneficios de tu crédito actual (por ejemplo, la reducción de tasas por pago puntual).
- El costo por cambiar de institución crediticia, es una cantidad que debes desembolsar al momento de realizar el cambio, que incluye: comisión por apertura, gastos notariales, avalúo y gastos de investigación.
- Estos son los casos en que tu crédito puede ser condonado: pérdida de empleo, disminución en tus ingresos, pagos vencidos e incapacidad permanente.