La sorprendente resiliencia de la economía global
Lecciones para el inversionista mexicano sobre mercados, política y racionalidad económica
Durante los últimos meses, los mercados financieros parecían encaminados hacia una desaceleración inevitable. La guerra comercial entre Estados Unidos y China—iniciada con una retórica agresiva y aranceles potencialmente devastadores— se percibía como una amenaza directa al crecimiento global. Las señales iniciales —caídas en la confianza del consumidor, indicadores de actividad en descenso y titulares alarmistas— hacían pensar que una recesión era inminente.
Sin embargo, la economía mundial ha respondido con una lección que los mercados libres enseñan una y otra vez: los precios, las expectativas y la información, se ajustan con una rapidez que sorprende incluso a los expertos. El artículo de The Economist del 20 de octubre de 2025 resume este fenómeno: a pesar de la retórica proteccionista, el crecimiento global se mantiene sólido, la producción industrial se recupera y las bolsas de valores alcanzan máximos históricos.
Este comportamiento no es un accidente; es una manifestación del principio de que los mercados tienden a incorporar toda la información disponible. Las empresas, los consumidores y los inversionistas reaccionan racionalmente a los incentivos y adaptan su comportamiento para sobrevivir —y prosperar— aun en entornos adversos.
Los mercados se anticipan, no reaccionan
Cuando las primeras amenazas arancelarias se convirtieron en política, los mercados ajustaron precios, divisas y expectativas de utilidades. En cuestión de semanas, los participantes ya habían descontado los efectos potenciales más severos. Lo que siguió fue un proceso de corrección natural: al no materializarse los escenarios extremos, los precios volvieron a reflejar una economía más fuerte de lo anticipado.
Esto confirma algo que los datos históricos demuestran una y otra vez: las predicciones emocionales rara vez superan la eficiencia de los mercados. Para el inversionista mexicano, esta lección es fundamental. Las noticias o el ruido político —ya sea en Washington, Pekín o la Ciudad de México— pueden parecer determinantes a corto plazo, pero, en el largo plazo, lo que importa son los flujos de efectivo esperados y la productividad.
Las acciones globales, representadas por el índice MSCI ACWI, han alcanzado máximos históricos, impulsadas por un crecimiento real en las utilidades de las empresas y no solo por la especulación. El mercado, al incorporar información global en tiempo real, ha demostrado ser un mecanismo más robusto que cualquier intento de predicción centralizada.
Política económica: el estímulo y sus límites
Parte de la fortaleza actual proviene del gasto público expansivo, especialmente en Estados Unidos. El déficit fiscal ha actuado como un estímulo temporal, sosteniendo la demanda. Sin embargo, la historia económica enseña que no existe un “almuerzo gratis”. Los estímulos excesivos, aunque útiles para evitar contracciones, generan presiones inflacionarias o distorsiones futuras en tasas de interés y deuda pública.
La lección para los inversionistas es clara: la política fiscal puede alterar los ciclos, pero no los fundamentos de largo plazo. México, con su propia historia de ajustes fiscales, debe entender que la estabilidad monetaria y la disciplina presupuestaria son condiciones necesarias —aunque no suficientes— para el crecimiento sostenido.
En términos monetarios, los bancos centrales han mantenido políticas acomodaticias, pero eventualmente los tipos de interés reales deberán normalizarse. Las burbujas de activos y el exceso de liquidez no son sostenibles indefinidamente. Por ello, el inversionista prudente debe prepararse para escenarios menos complacientes.
La tecnología y el miedo al desempleo
Otro de los temores recientes ha sido el impacto de la inteligencia artificial en el empleo. Algunos analistas argumentaron que el auge de la inversión en centros de datos y software era la única fuente de crecimiento económico. Sin embargo, la evidencia sugiere lo contrario: solo una fracción del crecimiento en inversión tecnológica se relaciona directamente con la IA, y la creación neta de empleos en los países de la OCDE se mantiene sólida.
La historia económica ha vivido esta película muchas veces: cada revolución tecnológica genera ansiedad y pronósticos de desempleo masivo, pero el resultado termina siendo una reasignación de talento hacia sectores más productivos. Las máquinas no sustituyen al ser humano; amplifican su capacidad productiva. El inversionista que comprende esto ve la tecnología no como amenaza, sino como un motor de eficiencia y rentabilidad futura.
Gloom y resiliencia: la psicología del inversionista
Un dato curioso del análisis de The Economist es que, a pesar del crecimiento, la confianza del consumidor sigue baja. Esto refleja la naturaleza humana: la memoria de crisis pasadas pesa más que los datos presentes. Sin embargo, la racionalidad económica exige separar percepción de realidad.
La incertidumbre —medida por búsquedas de “tariffs” o índices de “policy uncertainty”— sigue elevada, pero la economía continúa expandiéndose. En otras palabras, el pesimismo no es una señal predictiva confiable. Los inversionistas que actúan con base en el miedo, en lugar de información y diversificación, suelen quedar rezagados.
Conclusión: racionalidad, diversificación y guía profesional
El mensaje para el inversionista mexicano es doble. Primero, los mercados globales, aunque sujetos a shocks políticos o tecnológicos, han demostrado una capacidad de adaptación notable. Segundo, las mejores decisiones de inversión se basan en evidencia, no en emociones.
El entorno actual es una invitación a la prudencia racional: mantener portafolios diversificados internacionalmente, evitar apuestas concentradas y entender que los precios ya reflejan la información conocida. Las recesiones, las guerras comerciales o los cambios tecnológicos no destruyen valor per se; lo redistribuyen hacia quienes actúan con disciplina y visión de largo plazo.
Por ello, el inversionista está mejor posicionado cuando diversifica su patrimonio en distintas regiones, sectores y clases de activos. La diversificación no elimina el riesgo, pero lo transforma en una herramienta de estabilidad y crecimiento sostenido.
Y aunque los mercados sean eficientes, la interpretación y ejecución de una estrategia coherente requieren el acompañamiento de un asesor financiero profesional. Un asesor con visión global y comprensión empírica puede ayudar a convertir la información en acción, y la volatilidad en oportunidad.
Como enseñan los datos —no la retórica—, la economía global se ajusta, no se derrumba. Y para el inversionista informado y bien asesorado, esa es la mejor noticia posible.
- The Economist (2025). “The world economy shrugs off both the trade war and AI fears.” Oct 20, 2025.
- Friedman, M. (1962). Capitalism and Freedom. University of Chicago Press.
- Fama, E. (1970). Efficient Capital Markets: A Review of Theory and Empirical Work. Journal of Finance.
- OECD Data (2025). Employment and Output Indicators.
- Goldman Sachs (2025). Global Current Activity Indicator.
- JPMorgan (2025). Global Composite PMI Report.