Preservar la Riqueza Entre Generaciones: Lecciones de la Época Dorada y Estrategias Modernas 

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Heredar una gran fortuna puede parecer una bendición absoluta, pero la historia muestra repetidamente que conservar esa riqueza requiere planeación inteligente e inversiones prudentes. El contexto actual representa un gran desafío y, al mismo tiempo, una enorme oportunidad para los inversionistas mexicanos que se enfrentan a la posibilidad de recibir una herencia, algo cada vez más común en las economías desarrolladas a nivel global. 

En 2025, las herencias en las naciones desarrolladas sumarán alrededor de 6 billones de dólares, aproximadamente el 10% del PIB combinado de estos países. La riqueza heredada ha crecido significativamente: en Francia, como proporción del PIB, se ha duplicado desde los años 60; en Alemania se ha triplicado desde la década de 1970; mientras que en Italia la riqueza heredada ahora equivale a cerca del 20% del PIB (The Economist, 2025). 

La moraleja de los Vanderbilt 

La historia es una poderosa maestra. Consideremos a los Vanderbilt, cuya riqueza a principios del siglo XX fue legendaria. Desde una perspectiva puramente matemática, si esa fortuna hubiese sido inteligentemente invertida en una cartera diversificada de bonos y acciones, sus descendientes hoy estarían entre los multimillonarios. En cambio, pocos —si acaso alguno— mantienen hoy esa riqueza heredada. Esto enfatiza que una herencia por sí sola no garantiza riqueza a largo plazo: la estrategia de inversión y la disciplina en el gasto son igual de importantes (Haghani & White, 2024). 

 

Más allá de la simple diversificación 

La diversificación sigue siendo la base de una inversión prudente, pero conservar el patrimonio a largo plazo a través de generaciones requiere un enfoque disciplinado para manejar el riesgo y controlar los gastos. En teoría, el mejor rendimiento se logra con una asignación óptima entre acciones y bonos protegidos contra la inflación, ajustada a las condiciones prevalecientes del mercado. Sin embargo, la experiencia práctica muestra que incluso estrategias sencillas, implementadas de manera constante, producen resultados notables. 

Análisis históricos realizados por Haghani y White (2024) muestran que una estrategia simple de asignación de activos entre bonos protegidos contra inflación y acciones —conocida como la “Merton share”— supera a largo plazo una estrategia exclusivamente accionaria, y con menor volatilidad. Por ejemplo, desde 1900 hasta décadas recientes, esta estrategia generó un rendimiento anualizado de alrededor del 10%, frente al 9.8% de una cartera puramente accionaria, pero con un 30% menos volatilidad. Una diversificación disciplinada habría incrementado notablemente la preservación del patrimonio heredado. 

 

Disciplina en el gasto: el requisito clave 

Más importante que la asignación de activos es mantener disciplina en el gasto. La sabiduría convencional sugiere retirar el 4% anual del portafolio para conservar el patrimonio. No obstante, simulaciones históricas rigurosas muestran que incluso una modesta tasa de retiro del 4% podría llevar a la ruina en condiciones de mercado volátiles (The Economist, 2025). 

Un enfoque superior implica asignar un porcentaje fijo del valor actual del portafolio cada año, ajustándolo según las fluctuaciones del mercado. Inversionistas institucionales con horizontes perpetuos de inversión, como los fondos patrimoniales universitarios, adoptan consistentemente estas políticas dinámicas de retiro, superando las caídas del mercado y preservando el capital en el largo plazo. 

 

Equilibrando el consumo actual con la riqueza futura 

La teoría económica resalta la importancia del equilibrio entre el disfrute presente y la conservación futura del patrimonio. La solución ideal requiere modelos sofisticados que consideran prioridades del inversionista, retornos esperados y fluctuaciones del mercado. Sin embargo, una regla general destaca: el nivel sostenible de gasto siempre está significativamente por debajo del rendimiento esperado del portafolio, preservando así capital para crecimiento futuro y durabilidad patrimonial. 

Los inversionistas mexicanos que enfrentan estas decisiones deben considerar algunas lecciones esenciales: 

  • Altos retornos esperados: Aunque tentadores, permiten gastar un poco más, pero la prudencia recomienda ser conservadores para proteger el potencial de crecimiento del capital. 
  • Volatilidad del mercado: Mayor volatilidad obliga a reducir el gasto, previniendo así el deterioro del capital en periodos negativos. 
  • Disciplina dinámica del gasto: Mantener flexibilidad en el gasto permite resistir la volatilidad del mercado, fortaleciendo la preservación patrimonial. 

 

Reflexiones finales: La diversificación y la asesoría profesional son clave 

Finalmente, quienes reciben una cantidad importante de dinero deben aprender una lección crucial: mantener la riqueza entre generaciones requiere una inversión disciplinada, gastos prudentes y asesoría profesional. La historia deja claro que el manejo efectivo del patrimonio exige diversificación inteligente, no solo entre clases de activos, sino también en perfiles de riesgo y políticas de gasto. Un asesor financiero puede diseñar un plan perfectamente adaptado a la situación específica de cada inversionista, aumentando significativamente las probabilidades de éxito financiero a largo plazo y la permanencia del patrimonio familiar. 

  • Haghani, V., & White, J. (2024). The Missing Billionaires. Elm Wealth Publications.
  • The Economist. (2025, June 12). “How to invest your enormous inheritance.”
  • UBS Global Wealth Report. (2023). Inheritance and Wealth Trends. UBS Research Division.

Autor

Julio Cacho

Autor

Julio Cacho

Miembro de la Facultad de Economía en Rice University, especialista en inversiones cuantitativas y gestión de riesgos con más de 20 años de experiencia. Ha publicado diversos artículos en revistas académicas. Actuario y Economista (ITAM) con Doctorado en Economía y Finanzas por Princeton University.