‘Si no está roto, no lo arregles’ es una frase que resume el sesgo del statu quo, el cual refiere a la preferencia por dejar las cosas como están antes que cambiarlas, incluso si ese ajuste puede traer recompensas.
El término fue incluido por los autores William Samuelson y Richard Zeckhauser, en 1988 y puede manifestarse de diversas maneras y en una extensa variedad de situaciones, donde la base es la resistencia al cambio.
¿Qué es el sesgo del statu quo?
En el mundo de la psicología y las emociones, el sesgo del statu quo surge de nuestras tendencias a evitar pérdidas y arrepentimientos a toda costa, optando por la inacción. Además, si nos sentimos abrumados por la cantidad o la complejidad de las opciones disponibles, optar por el statu quo nos ayuda a evitar el estrés de tomar una decisión.
Para ejemplos prácticos, hay quienes siguen utilizando tecnologías antiguas y conocidas en lugar de darle una oportunidad a las innovaciones; incluso si son más efectivas.
Este sesgo emocional limita el progreso. Cuando las personas se centran en lo que ya conocen, pueden perder la oportunidad de descubrir nuevas soluciones y mejorar su situación, ya sea personal, emocional o financiera.
Statu quo en las inversiones
El sesgo de statu quo puede provocar la pérdida de oportunidades en inversiones y, en un plano más adverso, el daño del patrimonio.
Una de las manifestaciones más comunes de este sesgo es un portafolio con una concentración excesiva sobre un instrumento. Esto pasa cuando los inversionistas ponen gran parte de sus recursos en uno o pocos activos, ignorando la variedad de oportunidades.
Diversificación, una estrategia
La diversificación es la técnica de distribuir las inversiones entre diferentes activos. Esto puede significar la mezcla de distintos vehículos de inversión, exposiciones a industrias y geografías. La importancia de diversificar una cartera es ayudar a limitar el riesgo a pérdidas significativas en el mercado; no maximizar los rendimientos.
La historia muestra que es difícil saber qué clase de activo superará al mercado y, tratar de predecirlo año tras año —con los ahorros de los clientes—, implica un riesgo significativo.
La siguiente tabla muestra el rendimiento anual de diferentes clases de activo, desde 2013, e ilustra por qué una amplia diversificación en los mercados es un enfoque sensato para los inversionistas a largo plazo.
Rendimientos de índices de renta fija y renta variable (%), clasificados por rendimiento anual
Fuente: Vanguard
Como asesor financiero, recuérdales a tus inversionistas que tener un portafolio diversificado ayudará a enfrentar mejor los periodos de alta volatilidad e incertidumbre. Además, cuanto más diversa sea una cartera, más probable es que crezca a largo del tiempo.
Al igual que en otros sesgos, para el de statu quo, la confianza y tranquilidad son clave. De los pocos mexicanos que buscan invertir, la mayoría son aversos al riesgo y prefieren instrumentos de deuda (67%) sobre los de renta variable. Orienta a tus clientes hacia una toma de decisiones informada. Ayúdalos a mantener la calma y a evitar decisiones impulsivas.
De igual manera, tú, como asesor financiero, puedes salir de tu zona de confort y transformar tu negocio. Hoy en día, debes ofrecer servicios adicionales para generar un valor agregado, no sólo construyendo portafolios, sino involucrándote en los aspectos de la vida de tus inversionistas.
En GBM Advisors tenemos la clave que necesitas para revolucionar tu esquema de asesoría y transformar la realidad financiera.