Asesor financiero, conviértete en la brújula que tus clientes necesitan
La brújula es uno de los instrumentos vitales, al momento de navegar. Sin importar si hablamos del invento chino, del siglo IX, o del utilizado por Cristóbal Colón, en el siglo XV, la brújula se mantiene como lo más básico para la orientación, el rumbo y el éxito de las travesías; ideas similares en las inversiones.
Los instrumentos de navegación salen a relucir en momentos turbios y de incertidumbre. Ante un clima despejado, donde se puedan ver, a simple vista, los objetivos y puntos de llegada, la brújula parece obsoleta e innecesaria. Sin embargo, cuando estamos perdidos, sin horizonte, o en medio de una tempestad es más que necesario.
En inversiones, las brújulas son los asesores financieros quienes, si bien no evitarán las caídas de los mercados, momentos de tensiones geopolíticas o sorpresas noticiosas, ayudarán a entender y construir una estrategia para esos momentos.
Los conocimientos y experiencia de los asesores serán la guía para trazar la ruta de a dónde llegar —objetivo— y cómo lograrlo. Esta idea trasciende el mundo de las inversiones, y va desde desarrollar estrategias de ahorro, presupuesto personal y familiar, hasta bienestar en la salud mental.
Los beneficios de contar con un asesor financiero
La asesoría financiera, de manera continua, tiene beneficios de corto y largo plazo. Por ejemplo, ocho de cada 10 personas aseguran que gracias a su asesor financiero mejoraron sus hábitos de ahorro. Para lograr estos resultados, se elaboró desde un presupuesto, hasta destacar que los ‘sacrificios del presente’ traerán recompensas a futuro.
La guía de los asesores llega a ser tan marcada que beneficia la salud mental, percepción de felicidad, tranquilidad y el bienestar familiar de sus clientes. El estudio True value of advice detalla que quienes reciben asesoría experimentan:
- 13% más niveles de felicidad, que las personas en general.
- 20% mayor sensación de seguridad, respecto de sus finanzas diarias.
- 21% más tranquilidad.
Así como la brújula se adapta a una nueva época, con necesidades y tecnologías distintas a las de hace unos siglos, el asesor financiero hace lo propio. Por ello, la asesoría basada en objetivos es una de las ‘10 tendencias disruptivas en la gestión patrimonial’, de acuerdo con Deloitte. Esta idea tiene tal auge, que, para el año 2030, ocho de cada 10 asesores ofrecerán asesoramiento basado en objetivos.
El éxito de la asesoría
El éxito de la asesoría financiera va más allá de vencer a un índice de referencia. El cambio generacional —de clientes y asesores—, tecnológico y de la industria lleva a ofrecer soluciones de 360 grados.
Para satisfacer las demandas de los clientes, los asesores deben ofrecer soluciones holísticas, detalla un estudio de Oliver Wyman. Es decir, relaciones profundas y a largo plazo. Colaborar con abogados, contadores y personas adecuadas para acercar los productos necesarios.
Este nivel de detalle depende, en parte, de la experiencia e información del asesor y se complementa con la voluntad del cliente. Los puentes que los unen son la confianza y la conexión personal, que representan alrededor del 40% del valor percibido, en asesoría financiera.
La brújula y la asesoría tienen puntos en común: facilitar la navegación a nuevos horizontes, usar nuevas rutas y caminos, así como dar orientación cuando no vemos nuestro destino o estamos ante escenarios adversos.
Como asesor financiero, tienes el poder de convertirte en la brújula que tus clientes necesitan, guiándolos y llevándolos a buen puerto, con las mejores herramientas, tecnología y respaldo de GBM.