Gestión de emociones en mercados volátiles

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La volatilidad de los mercados se ha convertido en una constante. Las noticias sobre caídas, repuntes inesperados y proyecciones inciertas se han vuelto parte del panorama cotidiano. Y aunque los números se traducen en gráficas, las decisiones de inversión siguen tomándose con sensibilidad y una inevitable carga emocional. En estos escenarios, el papel del asesor financiero va más allá de la gestión de portafolios: se convierte en un ancla emocional esencial para sus clientes.

Sin duda, las emociones no son aliadas de la inversión racional. El miedo a perderlo todo cuando el mercado cae y la euforia desmedida cuando sube son los dos extremos que llevan a los errores más costosos: vender en pánico y comprar en la cima.

Estos impulsos son naturales, pero pueden poner en riesgo cualquier plan financiero a largo plazo. Aquí es en donde surge una gran oportunidad como asesor financiero. Tu valor no solo reside en la habilidad técnica para rebalancear una cartera o elegir un fondo, sino en la capacidad de gestionar las narrativas internas de tus clientes.

Al plantear la pregunta de raíz sobre cómo puedes ayudar, como asesor financiero, a tus clientes a evitar la toma de decisiones emocionales, existen varias conclusiones. Por ejemplo, la firma británica Elite Wealth Management plantea que los asesores financieros deben actuar como una influencia tranquilizadora, recordando siempre a los clientes sus objetivos y la importancia de mantener el rumbo. Otro punto que destaca la financiera inglesa es que el asesor debe proporcionar información basada en datos y un contexto histórico, para asegurar a los clientes que los mercados históricamente se han recuperado de las recesiones.

En este aspecto, es muy importante resaltar el valor de la educación y la perspectiva histórica. Un asesor eficaz puede apoyarse en la historia como herramienta, ofreciendo a sus clientes una visión que genere confianza y tranquilidad frente a la volatilidad del mercado. Recuérdales que las caídas son cíclicas y que el mercado se ha recuperado a largo plazo. Con esto, podrás dar mayor certeza a tus clientes y ayudarles a cambiar el pánico del momento por una actitud más estratégica y paciente.

Otro aspecto clave es mantener una comunicación clara y proactiva con tus clientes. En momentos de incertidumbre, el silencio puede ser el peor enemigo. Tu papel es ser esa voz tranquila y constante que se adelanta a la preocupación, contactando a tus clientes antes de que la ansiedad los alcance. A veces, una simple llamada o un correo explicando por qué no hacer nada puede ser el consejo más valioso.

Un factor de suma relevancia es tu labor de prevención. Como asesor, debes ayudar a establecer reglas claras y límites de riesgo antes de que la tormenta llegue. Para esto, es importante que te mantengas al tanto constantemente de la cartera, las cotizaciones y los movimientos en los mercados, para así prevenir y tener un campo de acción que evite la toma de decisiones impulsivas.

Al final, un mercado volátil no sólo pone a prueba las estrategias, sino también el temple. En momentos así, el verdadero valor de un asesor financiero no está en adivinar lo que viene, sino en ayudar al cliente a no dejarse llevar por sus emociones. Saber contener el pánico, moderar el exceso de confianza y mantener el enfoque puede ser lo que marque la diferencia entre seguir creciendo o tomar decisiones poco acertadas.

Autor

Herminio Padruno

Autor

Herminio Padruno

Cuenta con más de 13 años de experiencia en el sector de inversiones y asesoría. A lo largo de su trayectoria en GBM, se ha desempeñado como Director de Asesoría y Soluciones de Inversión, Head de Operaciones y Estrategia en GBM Administradora de Activos, así como Analista Senior en GBM Global y GBM Mexico Fund.