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The Story

Los nuevos profesores del mundo: Khan Academy, Duolingo, YouTube y ChatGPT

25 AGO 25

12 MIN DE LECTURA

¿Qué pasaría si el aprendizaje ya no dependiera de estar en un salón de clases? En los últimos años, el conocimiento dejó de vivir exclusivamente entre horarios, recreos y pizarrones. Hoy, aprender puede comenzar con un video, una app o una conversación con una inteligencia artificial.

Una tutoría informal dio origen a Khan Academy, la plataforma que hoy enseña matemáticas y ciencia a millones de estudiantes. Duolingo convirtió el aprendizaje de idiomas en un juego diario. En YouTube, puedes enterarte de lo que sea: desde arreglar una bicicleta, hasta entender teoría cuántica. Y con ChatGPT el conocimiento se volvió tan accesible como escribir por WhatAapp.

Hoy en The Story te contamos sobre las empresas que, con tecnología, han puesto en manos de millones de personas la posibilidad de aprender de una forma distinta. Una en la que la educación ya no depende del plan de estudios de una universidad, sino de la curiosidad de cada uno de nosotros.

 

Cómo ha cambiado la escuela

Durante casi 150 años, el modelo tradicional de educación se mantuvo prácticamente intacto. Desde finales del siglo XIX, cuando los sistemas educativos modernos comenzaron a consolidarse en países como Alemania, Francia y Estados Unidos, el formato era casi siempre el mismo: un maestro al frente, estudiantes organizados por edad, materias separadas y horarios establecidos. La enseñanza ocurría dentro de un salón de clases y los resultados se medían a través de exámenes estandarizados.

Aunque este modelo logró extenderse globalmente durante el siglo XX, en las últimas décadas comenzaron a evidenciarse sus limitaciones: el acceso y la generalización. De acuerdo con datos de la UNESCO, para 2019 más de 260 millones de niños en todo el mundo todavía no tenían acceso a la educación formal básica. Además, incluso en países con sistemas de educación pública, el enfoque uniforme dificultaba atender adecuadamente las necesidades individuales de cada estudiante.

El cambio llegó de forma orgánica, impulsado por el auge del internet y la penetración masiva de smartphones. En 2005, solo un 16% de la población mundial tenía acceso a internet; hoy esa cifra supera el 68%, según datos del Banco Mundial. Este salto digital transformó radicalmente las posibilidades educativas: se volvió posible aprender en cualquier momento y desde cualquier lugar, sin importar el nivel socioeconómico o la ubicación geográfica. Y esto tuvo otras consecuencias: el colegio dejó de ser el único espacio para el conocimiento. La educación pasó de ser algo limitado por paredes (físicas e intelectuales), a una experiencia global, personalizada y abierta. Fue en este contexto donde surgieron plataformas como Khan Academy, Duolingo, YouTube y, más recientemente, ChatGPT, que impulsaron aún más esta revolución educativa.

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YouTube: la plataforma que cambió cómo aprende el mundo

En febrero de 2005, tres exempleados de PayPal, Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim, crearon una plataforma para compartir videos personales. El primer video subido a YouTube se titulaba “Me at the zoo” y consistía en 18 segundos de Jawed enfrente de unos elefantes. En ese momento, parecía imposible imaginar que aquella plataforma pronto cambiaría radicalmente la forma en que el mundo accedía al conocimiento.

Sin embargo, el rápido crecimiento de YouTube llamó la atención de Google, que compró la plataforma en 2006 por $1,650 millones de dólares en una operación que muchos analistas inicialmente calificaron como arriesgada. Viendo hacia atrás, hoy la llamaríamos audaz, entre más usuarios comenzaron a subir contenido, YouTube se convirtía rápidamente en un motor global de aprendizaje.

La capacidad educativa de YouTube no vino de una estrategia planificada por su equipo directivo, sino de la propia comunidad de usuarios. Personas comunes y corrientes que empezaron a compartir tutoriales sobre distintas habilidades, desde cómo cambiar una llanta, hasta cómo programar en Python. Profesores, estudiantes y autodidactas de diferentes temas comenzaron a crear contenido educativo de alta calidad disponible de forma gratuita para cualquier persona con un celular y acceso a internet.

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De los 10 youtubers más populares, 4 se enfocan en contenido educativo para niños. Coco-Melón, Kids Diana Show, Vlad and Niki y Like Nastya destacan por tener canciones, historias y actividades que fomentan el aprendizaje temprano y el desarrollo de habilidades. Con miles de millones de visualizaciones, se han convertido en referentes globales del entretenimiento infantil educativo.

Para 2022, YouTube reportó que más de 2,600 millones de usuarios acceden mensualmente a su plataforma. Según Pew Research, casi el 80% de los usuarios estadounidenses afirma haber aprendido algo nuevo o mejorado habilidades gracias a la plataforma. Actualmente, el contenido educativo no solo abarca materias académicas tradicionales, sino también áreas tan diversas como finanzas personales, historia, arte, ciencia avanzada e incluso desarrollo personal.

Lo que hace único a YouTube en tanto plataforma educativa no es únicamente la cantidad de información disponible, sino su capacidad para ofrecer respuestas inmediatas y visuales a casi cualquier duda o curiosidad. Hoy es, quizás, el salón de clases más grande y diverso que el mundo jamás haya conocido.

 

Khan Academy: una revolución educativa por accidente

En 2004, Sal Khan trabajaba en un hedge fund en Boston, había estudiado matemáticas, ingeniería y negocios en universidades como MIT y Harvard, y nunca pensó que tendría algo que ver con la docencia, pero un favor familiar cambió su rumbo.

A su prima Nadia, que vivía en Nueva Orleans, se le empezó a complicar la clase de matemáticas en secundaria. Sal vivía a varios kilómetros de ella, así que, por teléfono y con un pizarrón digital compartido en internet, le enseñó. En poco tiempo, más familiares se sumaron a esas tutorías aparentemente improvisadas. Para facilitar la tarea, decidió subir algunos videos explicativos a YouTube en 2006, que para entonces tenía apenas un año de vida. Estos videos fueron pioneros en el contenido educativo en matemáticas de la plataforma, y acumularon miles de vistas de personas que no se apellidaban Khan.

Sal recibió mensajes de agradecimiento y peticiones de crear más contenido del mismo estilo, entre sus espectadores estaban personas de lugares tan diversos como India, México y Sudáfrica. Ahí notó que en sus videos tenían un futuro poderoso. Así que, en 2009, decidió dejar atrás su vida como financiero, para lanzar Khan Academy  una organización sin fines de lucro con la misión de ofrecer educación gratuita y de calidad a cualquier persona en cualquier parte del mundo. Más que un modelo de negocio, Sal tenía una misión: democratizar el conocimiento a través de tecnología.

El gran punto de inflexión fue en 2010, cuando Bill Gates mencionó públicamente en una conferencia que sus hijos usaban Khan Academy para reforzar lo que aprendían en clase. Poco después, Google y la Fundación Gates donaron cantidades millonarias al proyecto, y Sal destinó los recursos a la transformación de su canal, en una plataforma completa. Misma que hoy ofrece más de 70,000 ejercicios interactivos y 10,000 videos educativos en 50 idiomas diferentes. Khan Academy tiene más de 150 millones de usuarios registrados alrededor del mundo y sigue creciendo exponencialmente, volviéndose un referente de la educación en línea.

 

Duolingo: jugar mientras aprendes italiano

En 2009, Luis von Ahn ya era una figura reconocida en Silicon Valley. Originario de Guatemala, había creado y vendido a Google una tecnología llamada reCAPTCHA, usada para proteger sitios web del spam y digitalizar libros. A pesar de este éxito, Luis sentía que aún no había cumplido su verdadero objetivo: democratizar el acceso a la educación de calidad.

Consciente de las dificultades que enfrentan millones de personas para aprender otro idioma, en 2011 Luis von Ahn y Severin Hacker, un estudiante del doctorado en ciencias de la comunicación, decidieron lanza Duolingo: una aplicación gratuita para aprender idiomas. Su propuesta era eliminar por completo las barreras económicas del conocimiento de calidad, y hacer que aprender sea tan divertido como jugar videojuegos, algo que el modelo tradicional educativo había eliminado por completo.

La clave del éxito estuvo en una aplicación que puso en el centro la experiencia digital. Duolingo adoptó desde el inicio técnicas de gamificación: niveles, puntos, vidas, ligas y recompensas que enganchaban a los usuarios. Cada decisión de diseño estaba sustentada por datos, experimentación y la neurociencia del aprendizaje. Al poco tiempo, los usuarios no solo regresaban a la aplicación de forma diaria, sino que disfrutaban el proceso de aprendizaje.

El crecimiento fue exponencial. Para 2014, Duolingo ya tenía más de 10 millones de usuarios activos; para 2023, eran más 74 millones de usuarios mensuales y más de 40 idiomas, desde español o alemán hasta klingon o alto valyrio. En 2021, Duolingo salió en la bolsa de valores con una valuación de más de $6 mil millones de dólares, ahí demostró que se puedeconstruir un negocio rentable con una misión social.

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Duolingo debutó en el Nasdaq el 28 de julio de 2021 bajo el ticker “DUOL” a $102 USD por acción. Recaudó $521 millones de dólares y fue valuada en $6,500 millones. Si quieres incluirla en tu portafolio, puedes hacerlo con tu cuenta de GBM.

Duolingo, entre muchas cosas, nos ha demostrado algo clave: el juego y el aprendizaje no son dos esferas separadas. Sino, más bien, un aprendizaje lúdico, genera mucho más motivación por parte de los estudiantes. Además, su crecimiento ha redefinido por completo la relación entre tecnología, educación y entretenimiento.

 

ChatGPT: todo empieza con una conversación

En noviembre de 2022, OpenAI, una startup cofundada por Sam Altman y respaldada por inversionistas como Elon Musk y Microsoft, lanzó públicamente ChatGPT: una inteligencia artificial capaz de responder preguntas, mantener conversaciones naturales, redactar textos y, además, enseñar de forma personalizada y accesible a cualquier persona.

En solo cinco días, ChatGPT alcanzó más de un millón de usuarios, convirtiéndose en la plataforma digital con el crecimiento más rápido en la historia de internet. ¿Por qué no pasó lo mismo en Google? Porque ChatGPT no respondía preguntas generales, sino que podía adaptar sus respuestas según la pregunta de cada usuario. Era como tener un tutor personal disponible las 24 horas del día.

El impacto educativo fue inmediato. Millones de estudiantes, maestros y autodidactas comenzaron a utilizar esta herramienta no solo para buscar respuestas rápidas, sino también para comprender mejor conceptos complejos, profundizar en temas específicos o explorar cuestiones de interés personal. Según una encuesta realizada en 2023 por Intelligent.com, casi el 50% de los estudiantes universitarios en Estados Unidos reportaron utilizar ChatGPT de forma reglular como apoyo en sus estudios.

Aunque la tecnología detrás de ChatGPT no fue diseñada específicamente con fines educativos, su capacidad para adaptarse a las necesidades individuales de los usuarios la posicionó rápidamente como un recurso valioso dentro y fuera del aula. Profesores y estudiantes comenzaron a explorar sus posibilidades, no para reemplazar a los docentes, sino para enriquecer y ampliar lo que éstas podían lograr. Los niños pasan más de la mitad del día en casa, y ChatGPT podría complementar la educación que sucede en el colegio.

Hoy, ChatGPT representa el potencial educativo de las inteligencias artificiales y nos anticipa a como podría ser la educación del futuro. Su aparición marca un antes y un después en cómo pensamos la docencia, y nos vuelve a recordar el poder de una conversación en cualquier proceso de aprendizaje. A partir de este uso, aún queda por definir cómo se va a nutrir ChatGPT para evitar sesgos cognitivos o tendencias políticas que podrían afectar el pensamiento crítico y la reflexión propia.

 

Hacia dónde va la educación

Si en algún momento la universidad se llamó así por guardar el conocimiento único, hoy quizás nos estamos enfrentando a una multiversidad, una educación que no está contenida en una estructura única, que no está limitada a materias, horarios y planes de estudio estandarizados. Hoy, una niña de 12 años puede aprender francés, entender cómo se construyó la Torre Eiffel y aprender sobre el origen de platillos como el Ratatouillecon un iPad, esté donde esté y a su propio. El tema que le interesa está ahí, y siempre hay vías para seguir profundizando en ese interés.

Ni Khan Academy, ni YouTube, ni Duolingo, ni ChatGPT se crearon bajo el sistema escolar tradicional. Nacieron en espacios paralelos por personas que vieron en la tecnología una herramienta para abrir el conocimiento, no para reemplazar a los maestros, sino para resolver lo que la educación formal no siempre logra: acceso, motivación y flexibilidad.

Eso no significa que la escuela deje de tener valor, pero sí que estamos ante un cambio de paradigma. Aprender ya no empieza con un cuaderno recién forrado y termina con una calificación, sino que el aprendizaje se está reinterpretando y adaptando al ritmo y la curiosidad de cada persona. El futuro no está en elegir entre tecnología o salón de clases, sino en reconocer que nunca habíamos tenido tantas formas de aprender ni tanto poder para decidir cómo hacerlo.

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