12 de octubre

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The Story

Streaming Wars o la batalla digital por tu atención

Hoy en The Story, hablamos de las plataformas de streaming que están liderando el mercado: Netflix, Disney+, Prime Video, HBO Max y más compiten por cada minuto de nuestra atención. Aquí te contamos qué se viene en el futuro.

10 OCT 25

11 MIN DE LECTURA

La industria del entretenimiento no siempre fue como hoy. Antes de millones de views y las plataformas de streaming, todo comenzaba con una promesa: hacer olvidar el mundo por un momento. En el siglo XIX, artistas itinerantes ofrecían espectáculos de vaudeville en plazas públicas y teatros, para finales de ese siglo, los hermanos Lumière ya habían inventado la primera cámara de cine y proyectado cortometrajes. Se dice que, en la primera proyección de La llegada de un tren a la estación de La Ciotat, la reacción inicial fue muchísimo miedo, las personas nunca habían visto la imagen en movimiento: parecía que el tren iba a arrollarlos. En ese instante nació el cine mudo como una experiencia colectiva y sensorial.

En los años 20 y 30, estudios como MGM y Warner Bros. profesionalizaron la industria, nacieron las estrellas y el cine empezó a hablar con los talkies. En los 50, la televisión conquistó los hogares con programas como I Love Lucy, y unas décadas después el VHS permitió ver películas en casa. Como te imaginarás, Blockbuster dominó esa era, con más de 9,000 tiendas en su punto máximo, pero ahí se quedó su historia. Con la llegada del internet, el contenido se volvió inmediato, personal y on-demand. Y eso generó una transformación enorme en la forma en la que consumimos historias.

Hoy en The Story, hablamos de las plataformas de streaming que están liderando el mercado: Netflix, Disney+, Prime Video, HBO Max y más compiten por cada minuto de nuestra atención. Aquí te contamos qué se viene en el futuro.

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La clásica historia de las películas: el aprendiz que supera al maestro

No hay mejor punto de partida para esta historia que Netflix, la plataforma que refefinió el entretenimiento moderno. Su liderazgo sigue siendo evidente: concentra el 44% del tráfico mensual entre las ocho plataformas más grandes del mundo, el doble que su competidor más cercano, Amazon Prime Video.

Netflix surgió en 1997 con el proyecto de ofrecer renta de películas por internet, enviadas por correo a casa en DVD. En 1998 lanzó su sitio web y, al año siguiente, introdujo un modelo por suscripción: por una tarifa mensual, los usuarios podían rentar tantos títulos como quisieran. Lo que comenzó como una alternativa al videoclub tradicional, pronto se convirtió en una amenaza directa para Blockbuster.

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Blockbuster, fundada en 1985, fue líder global en renta de videos y videojuegos, con más de 9,000 tiendas en su máximo histórico. Salió a bolsa en 1991 y fue adquirida por Viacom en 1994 por 8.4 mil millones de dólares. Sin embargo, no logró adaptarse al avance tecnológico ni a la competencia, lo que la llevó a la bancarrota en 2010. Hoy sobrevive solo como BB Liquidating, Inc.

El punto de inflexión llegó en 2007, cuando Netflix incorporó el streaming en su plataforma. Ya no se trataba de esperar el DVD de El diario de Bridget Jones, sino de dar play y ver el contenido al instante. En pocos años llegó a televisiones, celulares, iPads y más. Para 2010, había transformado por completo la forma de ver películas y series. En 2013 llegó otro momento importante, Netflix dejó de ser solo distribuidor y comenzó a producir su propio contenido. Series como House of Cards y Orange is the New Black marcaron el inicio de una nueva era: la del binge-watching, donde el espectador decidía qué ver, cuándo y por cuánto tiempo.

La expansión estuvo completamente relacionada a un cambio cultural. Netflix apostó por un modelo interno radicalmente distinto, su CEO, Reed Hastings, lo describió como “menos control, más responsabilidad”. En lugar de políticas rígidas, fomentó la transparencia, la libertad creativa y la toma descentralizada de decisiones. Esa estrategia, en la que las ideas pueden moverse tan rápido como el contenido, se convirtió en su ventaja más difícil de copiar. En el mercado bursátil, Netflix también fue una historia de transformación. Cuando salió a bolsa en 2002, valía menos de $2 dólares por acción. Dos décadas después, una sola acción (ajustada por splits) valía más de $1,200 dólares, con rendimientos que pocos inversionistas pudieron imaginar. Para quien creyó temprano, fue una mina de oro.

Hacia el futuro, la tesis es clara: si logra romper el umbral del 9% de participación en la audiencia televisiva de Estados Unidos y capitalizar mejor su biblioteca, Netflix podría seguir entregando valor a largo plazo. En agosto de 2025 alcanzó un 8.7% de audiencia, apenas por debajo de su récord histórico, con un crecimiento anual del 10%. Aunque parece estar cerca de su techo natural, la incorporación de deportes en vivo podría abrir una nueva fase de expansión. Su modelo híbrido, que combina contenido original con series adquiridas, mantiene su fortaleza: en solo cinco semanas, sus títulos más vistos acumularon más de 22 mil millones de minutos reproducidos.

En los mercados, el apetito por la acción sigue vivo. Al 23 de septiembre, Netflix cotizaba en $1,218.47 dólares, con un P/E de 51.9x y un forward P/E de 38.9x, reflejo de la confianza en su potencial de crecimiento. Analistas como Simeon McMillan mantienen una visión alcista, impulsada por la solidez del contenido, la expansión internacional y nuevas verticales de negocio. Netflix ya no es el disruptor, es el estándar. El maestro, no el aprendiz. Desde ese punto de privilegio, llega un nuevo desafío: sostener el liderazgo en un mercado en el que la innovación no es una ventaja, sino una condición para sobrevivir. Los competidores ya mueven ficha, y el tablero del streaming vuelve a cambiar.

 

Movimientos agresivos en el tablero

La industria de medios atraviesa una fase de consolidación decisiva. Impulsada por la separación estratégica entre activos tradicionales del cable, en declive, y plataformas de contenido y streaming. Esta reestructuración, además de desbloquear valor, está desatando una nueva ola de fusiones y adquisiciones, liderada por jugadores más ágiles y plataformas respaldadas por tecnología.

A tres años de su fusión, Warner Bros. Discovery, Inc (WBD) muestra luces y sombras. Su negocio de streaming está creciendo un 8% en ingresos y tiene actualmente 5.3 millones de nuevos suscriptores, mientras que los segmentos tradicionales, como estudios de producción  y televisión, enfrentan caídas de doble dígito. Con una pérdida neta de $453 millones  de dólares y una deuda de $38 mil millones, la compañía sigue generando flujo operativo positivo y sostiene su apuesta por el contenido original y la expansión internacional. Aunque el mercado la valora con escepticismo frente a empresas como Netflix o Disney, su portafolio creativo sigue siendo su carta fuerte: cuatro de las diez series mejor calificadas en IMDb pertenecen a HBO.

WBD, que hereda uno de los legados más influyentes del entretenimiento, avanza hacia una reestructuración clave. La compañía planea dividirse en dos unidades: Streaming & Studios (HBO, Max, Warner Bros., DC y videojuegos), enfocada en el crecimiento, y Global Networks (CNN, TNT Sports, Discovery y B/R), destinada a maximizar flujos con márgenes altos. El objetivo es aislar los activos de televisión de paga y dar flexibilidad estratégica al negocio de contenido y streaming. Este movimiento se alinea con la ola de consolidación global, donde Lionsgate separó Starz, y Comcast esá pesando en escindir sus cadenas de cable, esto permite tener estructuras más ágiles con potencial de adquisición.

Mientras WBD redefine su estructura operatva, un nuevo jugador observa su oportunidad. Según The Wall Street Journal, Paramount-Skydance (PSKY) estaría preparando una oferta para adquirir el 100% de WBD en una operación mayoritariamente en efectivo. La propuesta incluye tanto el estudio cinematográfico como los canales de televisión, y llega justo cuando Warner avanza en su división estratégica. De concretarse, sería una de las fusiones más relevantes de la década, uniendo dos catálogos con un peso cultural difícil de igualar.

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De acuerdo con analistas de GBM, la potencial adquisición de WBD por parte de Paramount-Skydance (PSKY) aceleraría la consolidación en medios y refuerza la tesis de “Market Outperformer” para Televisa (TLEVISA), con price target de $22 pesos y upside estimado de 114%. La aparición de un nuevo jugador global incrementa la presión competitiva y, al mismo tiempo, eleva el valor de activos bien posicionados como TelevisaUnivision, líder en contenido en español. Este entorno podría desencadenar la monetización del 43% de participación de Televisa en TelevisaUnivision, liberando valor y ofreciendo una combinación atractiva entre flujo y crecimiento.

¿Y quién está detrás de Skydance? Esta empresa fue fundada en 2010 por David Ellison, hijo del creador de Oracle, Skydance nació con la visión de ser un estudio moderno y global. En poco más de una década, se consolidó detrás de franquicias como Mission: Impossible, Top Gun: Maverick y Star Trek, además de expandirse a animación, videojuegos y producción para plataformas como Netflix, Apple TV+ y Prime Video. En agosto de 2025, Skydance completó la adquisición de Paramount por $8 mil millones  de dólares, creando la Paramount Skydance Corporation (PSKY), que ya cotiza en bolsa. La fusión combina CBS, MTV, Nickelodeon, Paramount Pictures y Paramount+ con la capacidad creativa de Skydance. Tras la aprobación regulatoria, PSKY se perfila como un nuevo contendiente de escala global.

La tesis de negocio de PSKY es convertirse en una plataforma de contenido eficiente, enfocada en franquicias globales, crecimiento rentable en streaming y control de costos. Con una estructura más ligera, sin los legados corporativos que arrastraba Paramount, el nuevo conglomerado busca recuperar la confianza de los inversionistas a través de rentabilidad sostenida, sin depender de volumen, sino de calidad y foco. La combinación de propiedad intelectual valiosa, capacidad de ejecución y respaldo financiero de la familia Ellison, podría convertirse en un catalizador para una reevaluación en el mercado.

 

Cuando el streaming es más que entretenimiento

El streaming ya no es solo terreno para empresas de entretenimiento, compañías como Disney, Amazon y Apple también están utilizando esta estrategia  dentro de modelos de negocio mucho más amplios.

Para Disney, el streaming es el eje de su transformación. Disney+ marcó el paso de licenciar su catálogo a terceros a construir relaciones directas con el consumidor. Esto no solo asegura control total sobre sus franquicias más valiosas (Marvel, Star Wars y Pixar), sino que le da acceso a datos que permiten tomar mejores decisiones de contenido y marketing.

En el caso de Amazon, el streaming es una pieza dentro de un rompecabezas más grande. Prime Video funciona como un beneficio que hace más atractiva la membresía Prime, que a su vez impulsa el gasto en e-commerce y refuerza su ecosistema logístico y digital. Sus producciones originales y catálogo variado no son un fin en sí mismo, sino un medio para generar lealtad y mantener al consumidor dentro del universo Amazon, donde cada hora de entretenimiento se traduce en más compras y más permanencia.

Apple está jugando otra partida. Apple TV+ no busca competir por volumen ni por catálogo, sino reforzar el prestigio de la marca. Aunque con menos títulos, apuesta por producciones originales de alto perfil, el verdadero objetivo no es la rentabilidad directa de la plataforma, sino añadir valor al ecosistema Apple y vender más dispositivos. En su lógica, cada suscripción es un recordatorio de que el hardware y el software de la compañía vienen acompañados de experiencias exclusivas, igual que cuando el disco de U2 estaba precargado en el iPod Video.

La batalla por el streaming ya no es una historia de promesas, sino de estrategias. Netflix (NFLX) marca el estándar, Disney (DIS) transforma su negocio para proteger el valor de sus franquicias, Amazon (AMZN) integra el streaming como ancla de su ecosistema y Apple (AAPL) lo usa para reforzar su marca. Warner Bros. Discovery (WBD) enfrenta la encrucijada de reestructurarse o fusionarse, justo cuando Paramount Skydance (PSKY) emerge como un jugador de escala global. En paralelo, Televisa (TLEVISA.MX) se vuelve pieza clave en un tablero de consolidación donde los activos de nicho ganan valor.

En GBM puedes invertir en todas estas historias, cada una con su propia tesis, pero con lugar común: el entretenimiento no es solo parte de nuestra cultura como sociedad, sino el motor de mercados globales.

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