20 de mayo

Actualizado: hoy a las 2:45 pm

The Idea

iShares Global Clean Energy (ICLN)

El ETF ICLN de BlackRock ofrece exposición global a empresas de energías limpias, con foco en solar, eólica e infraestructura. Su diversificación geográfica y sectorial lo convierte en una opción sólida para capturar el crecimiento de este sector, mientras se beneficia de políticas favorables y recuperación competitiva.

16 MAY 25

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Tras más de dos años de castigo por tasas altas, márgenes presionados y competencia asiática feroz, el sector de energías renovables está mostrando señales claras de recuperación. El ETF ICLN de BlackRock —que agrupa a casi 100 empresas globales de energía solar, eólica, hidroeléctrica e infraestructura limpia— ha subido 15% en lo que va del año, de lo cual 8% fue solo en la última semana. Y esta recuperación solo debería de seguir: a 13.8x P/E y 1.6x P/B, aún cotiza muy por debajo de sus máximos de 2021 y apenas comienza a reflejar el rebote que ya se está viendo en sus principales componentes.

¿Qué está cambiando?:

  1. Tarifas antidumping históricas contra productores asiáticos:

Funcionarios comerciales de US impusieron aranceles definitivos a paneles solares importados desde el sudeste asiático —incluyendo productos fabricados por gigantes chinos como Jinko Solar y Trina Solar— tras concluir que las empresas estaban vendiendo por debajo de costo y recibiendo subsidios injustos. Las tarifas llegan hasta 3,500% y varían por país. 

Esto reactiva la competitividad de fabricantes locales como First Solar (+50% en la semana) y Nextracker (+25%), que ahora podrían recuperar participación de mercado en un entorno más balanceado. La votación final será en junio, pero el mercado ya comenzó a reaccionar.

  1. Reforma fiscal republicana con efecto mixto pero sorpresivamente favorable a la solar:

El Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara propone eliminar buena parte de los subsidios de la Inflation Reduction Act (IRA), especialmente para vehículos eléctricos —Esto ya venía afectando a la industria de energías renovables y se esperaba que tuviera un impacto significativo. Sin embargo, el crédito fiscal a la producción solar no será eliminado, sino que comenzará a reducirse gradualmente a partir de 2028. Esto brinda visibilidad y soporte a mediano plazo para el sector solar. En contraste, los beneficios fiscales para energía nuclear se eliminarán por completo en 2032, y se introducirán restricciones para empresas con vínculos con China, lo que beneficia aún más a actores locales y regionales.

Así que aunque el paquete representa un ajuste general a la política energética de Biden, la energía solar —y por extensión, ICLN— sale relativamente fortalecida,

consolidando su papel como una de las apuestas más viables dentro del universo de energías limpias en US.

En general se está viendo un cambio pragmático en la agenda energética de Trump. Aunque su política prioriza los combustibles fósiles, su estrategia de “todo lo anterior” deja un espacio —limitado pero real— para la energía solar. Durante su primer mandato, el sector solar creció 128%, y para 2024 representó el 64% de la nueva capacidad eléctrica instalada en US, superando incluso al gas natural. A pesar de recortes regulatorios y la eliminación de subsidios a renovables, la demanda privada y la competitividad de costos han mantenido a la industria solar como una de las más resilientes del país. En ese contexto, es poco probable que una nueva administración ignore completamente una industria que se ha vuelto económicamente viable y estratégicamente relevante.

Después de años de flujos saliendo del sector, las condiciones están alineándose para una reversión estructural: se están restableciendo barreras comerciales que nivelan el campo de juego, como los recientes aranceles contra paneles solares de origen asiático; las reformas fiscales, aunque restrictivas en algunas áreas, han traído sorpresas positivas al mantener ciertos créditos vigentes de forma gradual; la presión por descarbonizar sigue creciendo en US, Europa y Asia; y los costos de generación renovable continúan cayendo, reforzando su competitividad estructural frente a fuentes tradicionales.

El ETF iShares Global Clean Energy (ICLN) destaca no solo por su exposición a líderes solares en US, sino por una diversificación geográfica y sectorial que lo convierte en una apuesta más balanceada y resiliente dentro del universo de energías limpias.

A nivel sectorial, combina compañías de servicios eléctricos (31.1%), generación de electricidad renovable (24.3%), fabricantes de equipos eléctricos pesados (14.3%) y semiconductores (12.6%), permitiendo capturar valor en toda la cadena: desde la generación hasta la infraestructura, almacenamiento y redes inteligentes. Además, a diferencia de vehículos concentrados, ICLN ofrece exposición a un ecosistema energético más amplio que incluye desarrolladores, utilities, fabricantes de equipos y jugadores globales.

En cuanto a su exposición geográfica, el portafolio se extiende a más de una docena de países, con posiciones relevantes en US (26.3%), China (13%), Brasil (12%), Dinamarca (8.7%) y España (6.2%), entre otros. Esta amplitud sectorial y geográfica no solo mitiga riesgos regulatorios y de concentración, sino que también permite participar en los distintos ritmos de transición energética a nivel global. Mientras US ofrece impulso por política comercial y subsidios, Europa avanza por regulaciones ambientales más estrictas, y países emergentes como Brasil e India presentan oportunidades de crecimiento acelerado en infraestructura limpia.

ICLN es mucho más que una apuesta por la energía solar: es una jugada integral en el renacimiento de las energías limpias a nivel global. Con una combinación poderosa de exposición estructural, diversificación tecnológica y geográfica, valuaciones atractivas y respaldo institucional, este ETF permite posicionarse con

convicción en uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento para la próxima década. Hoy, cuando el mercado vuelve a mirar hacia lo verde, ICLN ofrece algo escaso y valioso: una narrativa con fundamentos, momentum y visión de largo plazo.

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