Nicolas Darvas, originario de Hungría, era un famoso bailarín de salón. Debutó en el mundo bursátil, sin conocer nada al respecto, cuando recibió un pago con acciones en lugar de efectivo.
Los títulos que recibió tenían un valor de US$0.50, pero alcanzaron una cotización de US$1.90 por acción, generando una utilidad total de US$8,400. Al ver estos resultados, Darvas decidió volverse más activo en el mercado accionario.
Al principio tuvo pérdidas, pero no dejó de estudiar, empaparse de noticias y analizar los reportes de las compañías. Perfeccionó un método de compra y venta de acciones que llamó Darvas Box.
Esta estrategia de trading se basa en estudiar el precio de un activo durante 52 semanas, en las cuales alcanzó un máximo valor. Al caer el precio de la acción y generar un falso rompimiento, se considera el mínimo de un posible rectángulo y se establece dentro del máximo anterior de las 52 semanas.
Darvas creó una lista de las industrias con mejor panorama a largo plazo, eligió a las empresas que consideraba con mayor valor fundamental y se enfocó en el precio máximo de las 52 semanas, así como el falso rompimiento. Cuando tenía un pico en el volumen, entraba y colocaba la caja de Darvas o Darvas Box.
Utilizando esta estrategia, Darvas invirtió US$30,000 y en 18 meses los convirtió en US$2,250,000 en el mercado alcista de 1957-1958.
Escribió un libro después de esta ganancia, How I made $2,000,000 in the Stock Market.
Dan Zanger se dedicaba a la construcción y heredó de su madre la pasión por el mercado accionario. Un día, notó en las noticias los altos volúmenes en el precio de una acción, que generaron su primera ganancia.
Después de 20 años dentro de este mercado, empezó a ver considerables resultados, así que estudió ciertos comportamientos técnicos dentro de la burbuja del internet y observó el beneficio que tenían algunas empresas. Para empezar a hacer trading, Zanger vendió su automóvil e invirtió su dinero.
A través del estudio técnico de formaciones, precios y volúmenes, empezó a operar intradía durante semanas, hasta que encontró más formaciones dentro de su análisis. Su estrategia era invertir en acciones de alta volatilidad con un volumen que generaba grandes sesgos en el precio de los activos. Así convirtió US$11,000 en US$18 millones en un año, en el segundo año logró convertirlos en US$42 millones.
Estas son las historias de dos personas ordinarias, con un futuro extraordinario en el mercado accionario… ¿Serás el próximo gran inversionista?