21 de mayo

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The Story

¿Los estímulos del gobierno podrán volver a animar a la economía china?

Hace años que China es conocida como el “gigante asiático”. Exploraremos cómo su estímulo económico puede ser una salvavidas para la economía global.

11 OCT 24

8 MIN DE LECTURA

Desde hace años, hemos escuchado el apodo del “gigante asiático” para hablar de China. Datos como un crecimiento económico promedio de 10% durante tres décadas, cerca de 800 millones de personas que han salido de la pobreza o el incremento de 16 a 106 centros urbanos con más de un millón de habitantes respaldan ese título, ganado a pulso.

Sin embargo,  en los últimos meses, el crecimiento económico de China ha dejado mucho que desear. Más allá de estar por debajo de las expectativas, ha preocupado a los economistas y autoridades a nivel global. En respuesta a las preocupaciones, el gobierno chino liderado por Xi Jinping ha implementado un histórico paquete de estímulos económicos con el objetivo de reactivar su economía. ¿Pero, qué es lo que ha llevado a una de las economías más resilientes del mundo a encontrarse en esta posición?

La crisis inmobiliaria, el debilitamiento de la demanda interna y los efectos persistentes de la pandemia han afectado gravemente la economía china y ahora las autoridades se ven obligadas a tomar medidas más agresivas. Sin embargo, las preguntas sobre la efectividad de estos estímulos a largo plazo siguen abiertas, y muchos analistas coinciden en que será necesario un enfoque más integral para que China logre una recuperación sostenible.

Hoy en The Story… analizaremos cómo el estímulo económico de China puede ser un salvavidas para gran parte de la economía global.

El tamaño de la economía china y su peso a nivel mundial

Si se analiza a precios internacionales constantes, China es la economía más grande del mundo, con un Producto Interno Bruto (PIB) que en 2023 alcanzó aproximadamente $31.23 billones de dólares. Las dinámicas de la economía china no solo son relevantes por su tamaño, sino por la fuerte dependencia que tienen otros países hacia ella, ya que China es el mayor contribuyente al crecimiento mundial.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), China ha sido responsable de cerca del 35% del crecimiento económico global de la última década y media, ninguna otra nación es promotora de tanto crecimiento. Su posición como potencia manufacturera, exportadora y consumidora ha creado una fuerte dependencia de otros países en relación con el comercio y las inversiones.

Vía: Banco Mundial

Diversas economías alrededor del mundo dependen, en gran medida, de su relación comercial con China, uno de los mayores exportadores de bienes al mundo. Estados Unidos, por ejemplo, importa una significativa cantidad de bienes manufacturados desde China, incluyendo productos electrónicos, maquinaria y textiles. Aunque las tensiones comerciales entre ambos países se han intensificado en los últimos años.

Desde 2008, China fue el principal exportador de bienes a Estados Unidos. Sin embargo, México le quitó el lugar y desde el 2023 es el mayor socio comercial para el mercado estadounidense.

En Asia, países como Japón, Corea del Sur y Taiwán tienen profundas conexiones comerciales con China. Taiwán, pese a ser considerado por Pekín como una provincia rebelde que forma parte de su territorio, cuenta a China como su mayor socio comercial. De la misma forma, Australia, cuya economía depende en gran medida de la exportación de materias primas como el mineral de hierro y el carbón, también se ve seriamente impactada cuando la demanda china disminuye.

Muchas economías emergentes también dependen del comercio con China. Países exportadores de materias primas, como Brasil y Sudáfrica, ven reducidos sus ingresos cuando China demanda menos recursos. Estas interacciones globales subrayan la importancia de un crecimiento estable en China para el bienestar económico de otras naciones. Así que, como se dice en el contexto de la relación México-Estados Unidos, una gripita en China podría significar una influenza en muchos países.

¿Esa gripa tiene forma de mercado inmobiliario?

El mercado inmobiliario de China ha sido uno de los pilares del crecimiento económico del país durante las últimas dos décadas. Sin embargo, en los últimos años ha comenzado a mostrar serias vulnerabilidades, exacerbadas por la crisis de Evergrande, una de las principales promotoras inmobiliarias del país.

La empresa se encontró en una situación de endeudamiento extremo, con pasivos superiores a $300,000 millones de dólares entre septiembre y octubre de 2021, lo que la llevó a declararse formalmente en quiebra en agosto de 2023. Esta crisis no solo ha tenido un impacto importante en el mercado inmobiliario interno, sino que también ha afectado la confianza del consumidor, ya que una parte significativa de los ahorros de las familias chinas están vinculadas al sector inmobiliario.

Vía: Buró Nacional de Estadísticas de China

La crisis de Evergrande, y de otros grandes promotores, ha provocado una desaceleración en las ventas de viviendas y una caída en los precios de los inmuebles en muchas ciudades importantes de China. En agosto de este año, los precios de las viviendas cayeron a su ritmo más rápido en más de nueve años. A pesar de las medidas implementadas por el gobierno chino, como la reducción de las tasas hipotecarias y los requisitos de pago inicial, la demanda de viviendas sigue siendo débil.

El sector inmobiliario es clave para la economía china, ya que representa aproximadamente el 30% del PIB del país.

La desaceleración en el sector inmobiliario ha tenido efectos en muchas otras industrias, desde la construcción hasta la fabricación de materiales. Los esfuerzos del gobierno por estabilizar el mercado, incluidos recortes en las tasas de interés y estímulos específicos, aún no han sido suficientes para revertir la tendencia.

Muchos economistas coinciden en que la solución a la crisis inmobiliaria china no se logrará únicamente con medidas monetarias. Se necesita un apoyo fiscal más agresivo y políticas que resuelvan el desequilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado inmobiliario. La construcción de viviendas sin vender y los proyectos inconclusos siguen siendo grandes problemas que deben abordarse para restaurar la confianza de los inversores y consumidores. Sin una intervención más decidida, el mercado inmobiliario podría seguir siendo un lastre importante para la economía china.

El desaceleramiento de la economía

Después de la recuperación económica inicial tras la pandemia, el crecimiento de la economía china se ha desacelerado significativamente. Analistas proyectaban un crecimiento de alrededor del 5% en 2023, lejos de los niveles previos a la pandemia, y uno de los ritmos de crecimiento más bajos de la última década (sin considerar los años de pandemia). 

Esta desaceleración fue impulsada por la crisis del mercado inmobiliario, la caída en la demanda interna y los efectos prolongados de la pandemia, como una cadena de suministro afectada y menos demanda por tendencias en otros países como México, que robaron un poco del mercado chino en las exportaciones a Estados Unidos. Además, problemas estructurales como el envejecimiento de la población y la elevada deuda de los gobiernos locales agravaron la situación.

¿Cuál es el plan del estímulo económico?

Ante esta situación, el gobierno chino ha decidido intervenir. El reciente paquete de estímulo económico anunciado por China ha sido el más ambicioso desde la pandemia y tiene como objetivo reactivar la economía mediante recortes de tasas de interés, inyecciones de liquidez y apoyo al mercado inmobiliario.

Una de las medidas más destacadas es la reducción en el coeficiente de reservas bancarias, lo que les permite a los bancos liberar aproximadamente $1,000 millones yuanes (aproximadamente $142,000 millones de dólares) de las reservas para nuevos préstamos. Adicionalmente, se anunciaron recortes en las tasas hipotecarias por 50 puntos base y la reducción del pago inicial para la compra de una vivienda del 20% al 15% del valor de la propiedad, intentando impulsar el sector inmobiliario profundamente afectado.

Hasta el cierre de esta edición, el 10 de octubre, el estímulo también incluía la emisión de $284,000 millones de dólares en bonos soberanos,  de los cuales la mitad se usarán para impulsar el consumo general, incrementar subsidios a compras de maquinaria para negocios, y ofrecer ayudas a las familias con más de dos hijos, en un esfuerzo adicional para contrarrestar el envejecimiento poblacional. La otra mitad estará destinada a los gobiernos locales para contrarrestar sus problemas de deuda.

El plan de estímulo económico de China busca mitigar la desaceleración de su economía y abordar problemas estructurales, como la crisis inmobiliaria y la caída en la confianza de los consumidores.

Si bien las medidas monetarias anunciadas, como la reducción de tasas de interés y el apoyo al mercado inmobiliario, son pasos importantes, muchos analistas consideran que un estímulo fiscal más amplio es esencial para impulsar el crecimiento sostenible. A corto plazo, se espera que el plan aporte estabilidad a sectores clave, como el inmobiliario y la infraestructura, pero su efectividad dependerá de políticas adicionales que refuercen la demanda interna y mejoren el ingreso de los hogares. Aunque el crecimiento de China sigue siendo significativo en comparación con otras economías emergentes, su capacidad para mantener este ritmo a largo plazo dependerá de la profundidad y alcance de las futuras intervenciones del gobierno.

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