Cada cuatro años, el mundo se detiene para admirar la destreza física que miles de atletas de cada país nos ofrecen, llevando al límite su cuerpo y mente en la máxima competencia deportiva. Esta fiesta empezó el pasado 26 de julio y se extenderá hasta el próximo 11 de agosto en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Sin lugar a dudas, el evento tendrá acaparada la mirada de cientos de millones de personas a nivel global, pero más allá del tema deportivo y fraternal de la humanidad, para que esta competición ocurra se tuvieron que gastar miles de millones de euros, los cuales a algunos los hace muy felices, pero ¿a qué costo?
Hoy en The Story…. Analizamos el impacto económico detrás de los Juegos Olímpicos 2024.
El origen de los Juegos Olímpicos
Según la leyenda más popular, los Juegos Olímpicos fueron creados por Hércules como tributo a su padre Zeus. Se dice que los instauró como una forma de promover la paz y la unidad entre las ciudades-estado griegas.
La primera evidencia escrita de los juegos data del año 776 antes de Cristo, y desde entonces en Olimpia, Grecia, se celebraron cada 4 años, hasta que en el año 393 después de Cristo, el emperador romano Teodosio I los prohibió por motivos religiosos, alegando que fomentaban el paganismo.
No fueron revividos hasta la era moderna. A finales del siglo XIX se intentaron varias iniciativas para restablecer un evento deportivo internacional, pero fracasaron debido a la falta de coordinación entre el movimiento deportivo mundial, hasta que el barón Pierre de Coubertin reunió en París a 2,000 personas durante el verano de 1894. Entre los participantes estuvieron organizaciones, clubes deportivos y delegados de países como Bélgica, Gran Bretaña, Grecia, Irlanda, Italia, Rusia, España, Suecia y Estados Unidos para así revivir los Juegos Olímpicos, creando el Comité Olímpico Internacional al concluir el congreso el 23 de junio.
El nombre de James Connolly está inscrito en la historia olímpica. El atleta estadounidense se convirtió en la primera persona en recibir una medalla de Juegos Olímpicos al consagrarse en el triple salto en Atenas 1896.
Los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna tuvieron lugar en Atenas, el país donde se celebraron los juegos originales en la antigüedad, en abril de 1896. Desde entonces, se han celebrado un total de 56 Olimpiadas, de las cuales 32 fueron de verano y 24 de invierno, que iniciaron en 1924. París 2024 serán las número 57.
Miles de millones de euros para París 2024
El 13 de septiembre de 2017, durante la Sesión del Comité Olímpico Internacional en Lausana, Suiza anunció que París sería sede de las Olimpiadas 2024. Desde entonces, las autoridades francesas se han preparado para el gran evento, el cual costará más de 8,800 millones de euros. Esta cifra los sitúa como los sextos Juegos Olímpicos más caros de la historia, en un compilado que incluye tanto las justas de verano como las de invierno.
Los 6 Juegos Olímpicos más caros de la historia.
El financiamiento de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París saldrá de dos grandes bolsas que, en conjunto, suman los 8,800 millones de euros, según un análisis del Instituto de Estudios Económicos Asterès. El 50% de ese monto es administrado por el comité de organización, compuesto por fondos privados casi en su totalidad que provienen de la compra de entradas, patrocinios y una aportación importante del Comité Olímpico Internacional.
El otro 50% es gestionado por la Autoridad de Entrega de las Obras Olímpicas (Solideo, por su siglas en francés). Estos recursos son utilizados para construir infraestructura y cubrir los gastos de inversión que necesita la competencia. A diferencia del presupuesto que viene del comité organizador, en este caso el 52% del dinero para obras y reformas urbanas, es decir 2,300 millones de euros derivan de las arcas públicas de Francia.
Por primera vez en la historia, una cerveza patrocinará de manera global los Juegos Olímpicos. Se trata de Corona Cero, la marca mexicana propiedad de la empresa belga AB InBev.
Para las Olimpiadas de París se hicieron 70 obras, que incluyen la construcción o renovación de sedes, adaptación de entornos urbanos y mejoras de ejes vehiculares. Destacan algunas por su extensión, simbolismo y relevancia económica. Una de ellas es el Centro Acuático, que tuvo un costo de casi 200 millones de euros y se inauguró el pasado 4 de abril. Este lugar será sede de las pruebas de natación, nado artístico, clavados y waterpolo.
Esta fue la mayor infraestructura deportiva de los Juegos, aunque la que más recursos absorbió, fue la Villa Olímpica, dividida en 17 proyectos. La “ciudad del futuro”, como fue denominada por sus avances en el uso de infraestructuras sustentables, tuvo un costo de casi 2,000 millones de euros. La más emblemática de esas obras fue la reurbanización del Sector Universaine, un lote industrial sobre el que se construyó un complejo de edificios donde dormirán unos 2,000 atletas y habrá espacios de servicios y trabajo para las delegaciones olímpicas.
Cuando París fue sede de los Juegos Olímpicos de verano de 1924 hace un siglo, el gasto total fue de unos 10 millones de francos franceses, lo que equivaldría a 526,000 dólares en la actualidad.
El recinto se inauguró en febrero y una vez finalicen las Olimpiadas se transformará en oficinas del Ministerio del Interior y en viviendas para 3,000 habitantes. De igual forma, se remodeló el Estadio de Francia, donde se llevarán a cabo las competencias atléticas y la ceremonia de clausura. La pista fue renovada, se instalaron nuevas pantallas y se modernizó su iluminación.
¿En serio son negocio los Juegos Olímpicos?
A medida que se iban acercando los Juegos Olímpicos 2024, muchos parisinos no estaban muy contentos con el evento. Pese al deseo del presidente Emmanuel Macron de convertir el evento en una “celebración popular”, las entradas para asistir a la ceremonia de apertura oscilaron entre 90 y 2,700 euros.
Es ahí donde surge la pregunta: ¿Los grandes eventos deportivos realmente aportan un impulso económico a las ciudades y países anfitriones? O, por el contrario, los costos superan los beneficios. Muchos señalan, sobre todo sus organizadores, el viejo dicho de que los Juegos Olímpicos “generan un impulso a la economía” en tiempos de una alta inflación.
Pero la realidad es que la historia ha demostrado que hay poca tasa de retorno de la inversión y que la mayoría de las veces suele ser una sangría financiera, ya que muchos anfitriones terminan gastando mucho dinero en infraestructura especializada que tiene un uso limitado después del evento.
La postura del Comité Olímpico Internacional al respecto es que las instalaciones deportivas y la infraestructura general no sirven sólo para las 4 semanas de competición. El COI, y quienes defienden la organización de este tipo de eventos, insisten que considerarlo como “pérdidas” es un enfoque simplista e inapropiado desde una perspectiva financiera y económica.
Si bien, se ha demostrado que es posible obtener ganancias en la historia de los Juegos Olímpicos modernos, no se comparan con los déficits. El beneficio récord que obtuvo Los Ángeles en 1984 se produjo en circunstancias peculiares, ya que la ciudad californiana fue la única postora y, por tanto, pudo obtener requisitos más flexibles del Comité Olímpico Internacional, incluido el derecho a utilizar infraestructuras preexistentes en lugar de construir otras nuevas.
Superávit o déficit de algunos Juegos Olímpicos.
Los altos costos de organizar unas Olimpiadas han hecho que cada vez menos ciudades quieran ser candidatas, sin ir más lejos, para la edición 2024 sólo estaban París y Los Ángeles, por lo cual se decidió que uno organizara esa edición y la ciudad de Estados Unidos la de 2028. Inclusive solamente participar como aspirante a ser sede genera grandes gastos, por ejemplo Tokio gastó 150 millones de dólares en su fallida candidatura de 2016, y aproximadamente la mitad de esa cantidad en su exitosa candidatura de 2020.
También está el caso de Río de Janeiro 2016, que solamente 6 meses después del evento, la ciudad debía unos 40 millones de dólares. Cuatro de los estadios no lograron encontrar administración del sector privado y la propiedad pasó al gobierno federal. Muchos brasileños molestos señalaron que la unidad que se logró durante los Juegos Olímpicos se desintegró apenas concluyeron. ¿Será que París le pueda dar la vuelta financieramente? Se ve complicado.