Por: GBM Media.
Amaneció y la rutina transcurría como siempre un martes de septiembre en cada rincón del planeta. Era cuestión de horas para que no hubiera quien no se sorprendiera de lo que vería en televisión o escucharía en la radio. Y con justa razón: el mundo cambió para siempre.
Las cifras del 9/11
Diecinueve hombres secuestraron cuatro aviones comerciales que tenían destinos en la costa oeste de Estados Unidos. El vuelo 11 de American Airlines, que viajaba de Boston a Los Ángeles, se estrelló a las 8:46 de la mañana en la Torre Norte del World Trade Center, en el bajo Manhattan.
Diecisiete minutos después, cuando todos se preguntaban si acaso era posible que aquello fuera un accidente, llegó otra aeronave, el vuelo 175 de United Airlines que también iría de Boston a Los Ángeles, a desvanecer esa tesis cuando se impactó contra la Torre Sur.
Fue este edificio el primero en derrumbarse, justo a las 9:59 de la mañana, 29 minutos antes de que lo hiciera la torre contigua.
En ese lugar murieron 2,753 personas. No todas las víctimas han podido ser identificadas.
Los otros ataques
Pero la historia de ese día no solo se escribió en Nueva York. A las 9:37 de la mañana, cuando las torres del WTC ardían, el vuelo 77 de American Airlines, que volaba de Virginia a Los Ángeles, golpeó el edificio del Pentágono en Washington. Allí murieron 184 personas.
Los atacantes se habían fijado un objetivo más al que no llegaron. El vuelo 93 de United Airlines, que viajaba de Newark a San Francisco, se estrelló a las 10:03 de la mañana en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania. Se cree que cayó justo en ese punto por la acción de pasajeros y tripulantes contra los secuestradores. Murieron 40 personas.
La cifra de víctimas de los tres ataques se ubica en 2,977. A ella aún falta sumar a rescatistas, policías, sobrevivientes y más, que murieron después por cáncer, que ha sido vinculado directamente con la inhalación prolongada de polvo tóxico tras los atentados.
La pérdida económica estimada durante las primeras dos a cuatro semanas tras el ataque es de unos US$123,000 millones. Esto sin contar la caída en los viajes aéreos de los años siguientes.
El costo estimado al WTC, edificios circundantes y el metro es de unos US$60,000 millones. El Fondo Monetario Internacional las cifra en US$80,000 millones.
En tanto, los reclamos de seguros tras los ataques ascienden a US$9,300 millones.
¿Vuelta a la normalidad?
La aviación comercial regresó a Estados Unidos el 14 de septiembre, pero con nuevas y estrictas medidas de seguridad que se implementaron en el mundo entero. Las revisiones se volvieron más exhaustivas, así como la prohibición de portar diversos artículos.
Por cierto, el paquete de ayuda económica que aprobó el Congreso para rescatar a las líneas aéreas fue de US$15,000 millones.
El 7 de octubre del mismo año, Estados Unidos comenzó la invasión a Afganistán bajo el argumento de que buscaba derrocar al Talibán, a quien acusaba de dar refugio a Osama bin Laden y a otros miembros de al Qaeda, a quienes responsabiliza de los hechos del 11 de septiembre.
En el punto más álgido, la cifra de efectivos estadounidenses en ese territorio llegó a 110,000. Con la salida por completo de las tropas apenas este año, se calculó que la guerra en Afganistán le costó a Estados Unidos unos US$978,000 millones, a los que todavía hay que sumar otros gastos como el cuidado médico a los veteranos.
Para el 30 de mayo del año siguiente, 2002, terminó oficialmente la limpieza en la llamada Zona Cero de Nueva York. Tomó 3.1 millones de horas de trabajo levantar 1.8 millones de toneladas de escombros, lo que costó alrededor de US$750 millones.
Aunque no hay forma de saberlo con certeza, hay cálculos que indican que planificar y ejecutar los atentados costó unos US$500,000.
Para este 2021, el gobierno de Estados Unidos destinó para la Administración de Seguridad en el Transporte un presupuesto de US$8,240 millones, US$560 millones más que el año anterior.