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The Story

Black Friday y el consumo en Estados Unidos

El Black Friday es uno de los eventos comerciales más importantes del año.

29 NOV 24

8 MIN DE LECTURA

El viernes después de Thanksgiving ya tiene un lugar especial en la cultura popular, no solo en Estados Unidos, sino a nivel global. Y es que, el Black Friday es uno de los eventos comerciales más importantes del año, con millones de personas participando tanto en tiendas físicas como en línea. 

Su origen se remonta a la década de 1960 en Filadelfia, cuando la policía local empezó a referirse a este día como “Black Friday” debido al caos en las calles causado por el tráfico de compradores y turistas que buscaban aprovechar las ofertas. A medida que pasó el tiempo, esta fecha se ha consolidado como el inicio de la temporada de compras navideñas, impulsando el consumo a través de promociones y descuentos masivos.

Hoy, el Black Friday representa una fecha clave para evaluar el estado de la economía estadounidense y la disposición de los consumidores a gastar, especialmente en un contexto de desaceleración económica. En años recientes, millones de personas han participado en este evento, ya sea en tiendas físicas o en línea, lo que lo convierte en un importante indicador del poder adquisitivo y la confianza de la población en el país. Sin embargo, este año, con una economía que muestra señales de debilidad, las expectativas sobre el desempeño de Black Friday son más inciertas que nunca.

Hoy en The Story… Analizamos el impacto de Black Friday y su directa relación con el estado de la economía.  

¿Vendrá una recesión en Estados Unidos?

En Wall Street, pero también en los pasillos de Washington, recientemente se ha especulado que algunas métricas mixtas podrían sugerir un desaceleramiento de la economía estadounidense. Una de ellas es el Índice de Confianza del Consumidor, medido a través de encuestas a la población norteamericana por The Conference Board.

El Índice de Confianza del Consumidor evalúa qué tan optimistas o pesimistas se sienten los consumidores sobre la economía y sus percepciones sobre el panorama macroeconómico actual y futuro, además de su situación financiera personal, dando un resultado agregado.

Durante septiembre, el Índice tuvo una de las peores caídas mes contra mes de los últimos años, colapsando a un nivel de 98.9 puntos desde los 105.7 puntos que alcanzó en agosto. Para poner esto en contexto, en febrero del 2020, un mes antes del inicio de la pandemia, el índice apuntó a un nivel de 132.6 puntos. Desde entonces la confianza de los consumidores ha sido lenta en su recuperación. Las preocupaciones principales de las personas se centran en el mercado laboral y la inflación, que sigue afectando su capacidad de gasto. Sin embargo, en Octubre el índice marcó una recuperación, aunque con una tendencia que continúa a la baja.

 Índice de confianza del consumidor en Estados Unidos

Este contexto económico adverso se ha visto exacerbado por el alto nivel de endeudamiento de los hogares estadounidenses. El aumento en las tasas de interés, implementado por la Reserva Federal para controlar la inflación, ha incrementado el costo de los préstamos, afectando a los consumidores que dependen del crédito para cubrir sus gastos. 

A finales de 2023, la deuda de tarjetas de crédito alcanzó un récord, con muchísima gente retrasándose en sus pagos, lo cual reduce su capacidad de gasto discrecional durante eventos de consumo como el Black Friday.

Black Friday: ¿Será un salvavidas para el consumo?

A pesar de la incertidumbre económica, el Black Friday sigue siendo un poderoso motor del consumo en Estados Unidos. Este evento no sólo impulsa las ventas minoristas, sino que también tiene un impacto significativo en la economía en su conjunto, especialmente en sectores como el comercio, la logística y el transporte. En 2023, las ventas en línea del Black Friday superaron los $9.8 billones de dólares, mientras que el Cyber Monday alcanzó los $12.4 billones, estableciendo récords.

Gasto online en Black Friday 

El surgimiento del Cyber Monday ha ampliado la relevancia del Black Friday, extendiendo el periodo de descuentos a toda la semana, conocida como "Cyber Week." Este modelo de ventas ha permitido a los consumidores aprovechar ofertas en línea desde la comodidad de sus hogares, un fenómeno que se aceleró durante la pandemia y continúa siendo popular. La expectativa para 2024 es que el gasto se mantenga fuerte, aunque a un ritmo más moderado debido a las restricciones presupuestarias de los hogares.

En 2023, la combinación de Black Friday y Cyber Monday generó más de $22 mil millones en ventas en línea, marcando una de las semanas más intensas de consumo en el año.

Desde una perspectiva macroeconómica, el Black Friday también contribuye al Producto Interno Bruto (PIB), ya que el consumo representa aproximadamente el 70% de la economía estadounidense. La demanda de productos durante esta temporada ayuda a incrementar el gasto, generando empleo temporal y aumentando los ingresos de las empresas. A pesar de los desafíos, Black Friday sigue siendo un salvavidas para el consumo y un impulso clave para el PIB en el último trimestre del año.

La relevancia crítica de este Black Friday

El desempeño del Black Friday en 2024 será observado de cerca como un indicador de la salud de la economía estadounidense y del poder adquisitivo de la población. Con tasas de interés altas y un nivel de endeudamiento considerable, los analistas están atentos a cómo responderán los consumidores este año. Un aumento en las ventas podría interpretarse como un signo de resiliencia, mientras que una caída podría reflejar un mayor nivel de cautela y un debilitamiento de la confianza en la economía.

El gasto durante el Black Friday de 2024 podría influir en las políticas futuras de la Reserva Federal. Un gasto robusto disminuiría la presión para reducir las tasas de interés, mientras que un desempeño débil podría llevar a la Fed a reconsiderar su enfoque. 

La respuesta de los consumidores a las promociones de Black Friday también proporcionará información importante para los minoristas, quienes enfrentan un mercado cada vez más competitivo y exigente. Este año, el comportamiento de compra durante el Black Friday podría reflejar el estado de ánimo general de la población y sus expectativas para el próximo año, en un contexto económico lleno de incertidumbre.

El inicio de un periodo de gasto

El Black Friday marca el inicio de la temporada de compras navideñas, que incluye eventos como Thanksgiving, Navidad y Año Nuevo. Esta temporada es especialmente relevante para el sector minorista, que depende de las ventas de fin de año para alcanzar sus metas anuales. Según el último reporte del PIB, la economía creció un 2.8% en el tercer trimestre de 2024, impulsada principalmente por el consumo.

Las ventas del Black Friday pueden influir en las expectativas para el resto del año. Un desempeño sólido podría anticipar un cierre de año favorable para la economía, mientras que un resultado débil podría sugerir una moderación en el consumo durante las festividades. Esto no solo afectaría al comercio minorista, sino también a otros sectores como la hospitalidad y el entretenimiento, que suelen beneficiarse del aumento de la demanda en esta época.

El Black Friday de 2024 no solo es un evento de consumo masivo, sino también un indicador clave de la disposición de los consumidores a gastar y de la salud económica de Estados Unidos. En un contexto de desaceleración económica, inflación y altos niveles de deuda, los resultados de este evento serán un reflejo del poder adquisitivo y la confianza de la población. La temporada de compras navideñas continúa siendo un periodo crucial para la economía estadounidense, y el desempeño del Black Friday establecerá la pauta para el cierre de año.

A medida que los minoristas y los economistas observan los resultados de las ventas de este año, el Black Friday se convierte en un termómetro del estado de la economía y en un indicador de lo que podría suceder en 2025. Esta fecha marca el inicio de un periodo de gasto significativo, y su impacto se sentirá no solo en los balances de las empresas, sino también en la toma de decisiones de política económica en Estados Unidos.

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