El pádel, nacido en un patio adaptado de la costa del Pacífico mexicano, se ha convertido en un verdadero fenómeno deportivo que, con su dinamismo, ha atrapado a millones de jugadores en todo el mundo.
Es el mismo golpe de raqueta que un día se escuchó en las orillas del Pacífico el que ahora resuena en clubes, academias y torneos profesionales a nivel mundial. Pero, ¿qué tiene el pádel que despierta tanto fervor? ¿Cómo ha logrado expandirse y convertirse en una industria millonaria, capaz de rivalizar con otras disciplinas de raqueta, como el pickleball?
Hoy en GBM The Story… Analizamos el deporte que lleva a México tatuado.
Raíces de un juego con identidad mexicana
Es difícil enumerar las cosas que Acapulco le ha regalado al mundo. Ese pescado a la talla de Barra Vieja, los clavadistas de La Quebrada, las calandrias que recorrían la Costera Miguel Alemán, las noches de fiesta en el Baby O’ que terminaban al amanecer, y, por supuesto, el sol, arena y mar de Luis Miguel.
Pero quizá haya gente que no tenga tan claro que el maravilloso Puerto de Acapulco también fue el lugar donde nació el que, hoy por hoy, es uno de los deportes más populares del mundo. Fue Enrique Corcuera quien, en la década de 1960, acondicionó parte de su casa en la zona de Las Brisas de Acapulco para practicar una variante del tenis en un espacio más reducido que el de una cancha normal. Lo hizo rodeando el clásico court del tenis con paredes. Su intención era lúdica y práctica: divertirse en un sitio controlado sin perder la emoción de los intercambios de pelotas. Esa curiosidad originó la primera cancha de lo que posteriormente se conocería como pádel.
Al principio, las reglas eran un tanto improvisadas: mezcla de tenis y squash, con muros que devuelven la pelota, forzando un juego más veloz y estratégico. Con el tiempo, las reglas se fueron definiendo, dando lugar al primer reglamento oficial, el cual fue elaborado por Viviana, esposa de Enrique.
Los Corcuera, conocidos por ser grandes anfitriones, invitaban a sus amigos, compuestos principalmente por empresarios exitosos y aristócratas, a jugar esta nueva variante del tenis. Dentro de los invitados de honor estuvo el príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, quien rápidamente quedó cautivado por el deporte y lo replicó en su hotel Marbella Club en la Costa del Sol en España, dándole así una plataforma internacional al pádel.
El príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg fue el encargado de introducir Volkswagen en el mercado mexicano, allá por 1953. Su hijo es Hubertus von Hohenlohe, un esquiador alpino que ha representado a México en más de 6 ediciones de los Juegos Olímpicos de Invierno.
Con el paso del tiempo, la adaptación de las normas iniciales y la aparición de organizaciones dedicadas a estandarizarlas, dotaron al pádel de un carácter profesional que nadie habría anticipado en su creación.
Evolución, profesionalización y despegue global del pádel
En la década de 1980, Argentina se enamoró del pádel con intensidad, llegando a contar con miles de canchas en pocos años. El país sudamericano lo incorporó como parte de su día a día, desde clubes de barrio hasta complejos deportivos de primer nivel.
De ahí, la llama del pádel se prendió en otros territorios: la costa española lo adoptó con fervor y, en un abrir y cerrar de ojos, se expandió por toda Europa. Italia, Francia, Portugal y Suecia se convirtieron en semilleros de competidores, inaugurando torneos locales y centros de entrenamiento de élite.
Las historias de “pádel-adictos” se han vuelto cada vez más comunes: adultos con años de experiencia en el tenis que descubrieron en este deporte una versión más dinámica y social, y jóvenes curiosos que lo ven como una alternativa entretenida para mantenerse activos. De un extremo a otro del planeta, el pádel se consolidó como un deporte de convivencia, ideal para pasar el rato con amigos, pero también apto para la competencia profesional con trofeos, patrocinios y transmisiones masivas.
Consultoras deportivas internacionales estiman que, en el año 2022, cerca de 20 millones de personas jugaron pádel al menos una vez, con un crecimiento sostenido de hasta 25% anual en diversos mercados de Europa y América Latina.
La cancha oficial, con 20 metros de largo por 10 de ancho, permite jugadas creativas que atrapan a los espectadores y mantienen a los jugadores en un desafío constante. Las paredes ya no sólo están para encerrar la pelota, sino también para darle un papel protagónico a cada rebote.
La creciente popularidad del pádel desembocó en la fundación de la Federación Internacional de Pádel (FIP) a inicios de la década de 1990. Desde entonces, el deporte contó con torneos oficiales, una base reglamentaria sólida y el surgimiento de circuitos cada vez más competitivos. El World Padel Tour (WPT), por ejemplo, se convirtió en una referencia mundial, sumando sedes en América, Europa y Asia. Si bien Argentina y España han sido potencias históricas, México comienza a recuperar el impulso de su origen, situándose en el mapa con jugadores de primer nivel y torneos locales que convocan a un número creciente de aficionados.
En México, los torneos de pádel de categorías amateur y semiprofesional han duplicado su participación en los últimos cuatro años, reflejando el renovado interés de los jugadores y la consolidación de academias para formar talentos emergentes.
El auge de las redes sociales y las transmisiones en streaming han catapultado también la visibilidad del pádel. De hecho, en 2022, la primera temporada de Premier Pádel, uno de los campeonatos de mayor nivel en el pádel internacional, se transmitió en 156 territorios, llegando a más de 150 millones de hogares a nivel global y sumando 22.7 millones de reproducciones en YouTube, según la FIP.
Canales de televisión y plataformas digitales cada vez le dedican más espacio, narrando las hazañas de las parejas en la pista y creando ídolos que inspiran a la siguiente generación. Con ello, el pádel dejó de ser un “deporte de club” para transformarse en un fenómeno accesible a cualquier aficionado dispuesto a empuñar una pala y disfrutar de un estilo de juego vibrante.
Entre 2023 y 2024, la Federación Internacional de Pádel llevó a cabo una importante expansión en el calendario de Premier Padel, sumando nuevas sedes y torneos a lo largo de la temporada. Además, la fusión entre Premier Pádel y el World Padel Tour, oficializada a finales de 2023, unificó por primera vez ambas giras y reunió a los mejores jugadores del mundo en un circuito conjunto. Voces del sector confirman que esta unión incrementó la cobertura mediática y el impacto comercial, con un alcance superior a los 200 millones de hogares a escala global.
La industria que rodea al pádel
El acelerado ascenso de este deporte ha hecho que la cancha no sea su único escenario. Empresas constructoras, fabricantes de palas, promotores de torneos y medios de comunicación han visto en el pádel un motor de negocio con múltiples posibilidades. Grandes marcas deportivas que antes se enfocaban en tenis o fútbol empezaron a lanzar líneas de productos exclusivas de pádel. Palas con distintos diseños, calzados que protegen de los giros constantes y ropa que facilita la movilidad, se han convertido en las estrellas de las tiendas especializadas.
La construcción de canchas es otro apartado que crece sin parar. De acuerdo con estimaciones de la industria, el costo promedio para edificar una cancha de pádel varía entre $25,000 y $50,000 dólares, dependiendo de los materiales y especificaciones. Complejos residenciales y clubes privados ven en el pádel una forma atractiva de retener y captar clientes.
El mantenimiento y la instalación son relativamente sencillos, y la posibilidad de ofrecer un deporte nuevo en su catálogo de actividades representa un valor agregado. Esta demanda ha detonado la aparición de empresas enfocadas en superficies de césped sintético, paneles de cristal templado y la malla metálica que envuelve a la cancha.
Número de canchas de pádel por país en 2024

Según la FIP, existen decenas de miles de canchas alrededor del mundo, de modo que, al considerar el costo unitario de cada proyecto y su posterior mantenimiento, la derrama económica generada es millonaria. El crecimiento global del deporte, resaltado en los informes de Premier Pádel, confirma que la construcción de canchas es un motor relevante para la industria, beneficiando a proveedores, constructores y comunidades donde se instalan estas pistas.
El aumento de aficionados ha detonado una fuerte demanda de palas, que suelen diseñarse con materiales como fibra de carbono, goma EVA y fibra de vidrio, priorizando ligereza y manejabilidad. Marcas consolidadas en otros deportes de raqueta como Wilson, Babolat y Head se han volcado al pádel, compitiendo con firmas especializadas como Bullpadel, NOX o Adidas.
De acuerdo con datos recopilados por ISPO, en 2023 se vendieron alrededor de 6 millones de palas de pádel a nivel mundial, con un crecimiento anual entre el 25% y el 30% promedio anual desde 2002. Europa lidera buena parte de esas cifras, sobre todo en países como España, Francia e Italia, mientras que Latinoamérica y Oriente Medio incrementan su demanda de forma constante. Para las compañías, esta expansión se traduce en un mercado de cientos de millones de dólares que crece año con año.
Según datos de ISPO el valor del mercado global de Pádel llegó a los $2,300 millones de dólares, con el mercado de fabricación de raquetas valorado en $337.2 millones de dólares, según Absolute Reports.
Similitudes y rivalidades: el surgimiento del pickleball
La historia del pickleball en Estados Unidos, que data de la misma época en que el pádel comenzaba en Acapulco, no deja de ser un fenómeno particular. Lo que empezó como una alternativa híbrida de bádminton, tenis y ping-pong, se ha convertido en un auténtico éxito, sobre todo entre adultos mayores y familias que buscan un deporte de impacto moderado. El carácter social y la facilidad para iniciarse se parecen al del pádel, y las canchas pequeñas también permiten instalar varias en un solo espacio.
El Pickleball se ha convertido en el deporte de raqueta de más rápido crecimiento en Estados Unidos, donde domina los parques públicos y seduce a un amplio espectro de jugadores. Su rápida adopción también se ha observado en Canadá y Australia, donde las asociaciones locales reportan un alza constante de practicantes.
En contraste, el pádel ha ganado terreno en países de habla hispana y en gran parte de Europa. España y Argentina son posiblemente los mercados más fuertes de pádel, con un nivel de participación que incluso rebasa al tenis en algunos sectores; mientras que Italia, Francia y Suecia han experimentado una explosión en la construcción de canchas y el surgimiento de torneos locales.
El pádel ha logrado mayor penetración en los países de mayor popularidad, desafiando incluso al Tenis en el número de jugadores activos, por ejemplo en España y Argentina, donde según datos de las federaciones deportivas, hay entre un 15 a 20% más jugadores de pádel de lo que hay de tenis. Algo que el Pickleball no ha podido empatar.
Esa competencia a distancia ha generado un debate sobre cuál se impondrá a futuro. Unos creen que el fácil acceso del pickleball puede llevarlo a convertirse en el deporte de moda en Norteamérica, mientras que otros resaltan que la experiencia “casi de tenis” del pádel terminará por cautivar a un público más amplio. Sea como sea, las dos disciplinas han enriquecido el panorama deportivo, atrayendo patrocinadores, expandiendo la cultura de raqueta y despertando la curiosidad de quienes buscan variedad más allá del clásico tenis.
Interés de búsqueda global diaria a través de Google de los términos de “pádel” vs. “pickleball”

En el caso específico de México, el pádel domina el interés de los jugadores y se encuentra en un renacimiento interesante: no sólo es parte de la memoria histórica por su creación en tierras acapulqueñas, sino que además encaja con los gustos y las tendencias de un público joven que disfruta de la combinación perfecta entre actividad física y socialización.
Las canchas surgen en desarrollos inmobiliarios y clubes que ven en este deporte un gancho atractivo, donde las parejas de juego no necesariamente tienen que ser atletas consumados para divertirse. Los torneos amateurs convocan a familias y amigos con el pretexto de vivir un fin de semana deportivo y animado. Y las asociaciones locales, respaldadas por la Federación Mexicana de Pádel, se afanan en profesionalizar el circuito y formar nuevos talentos que puedan medirse con argentinos o españoles en la arena internacional.
En medio de esta efervescencia, también se abren retos. El pádel deberá encontrar la manera de ser más inclusivo a niveles masivos, quizá siguiendo el modelo del pickleball en Estados Unidos, con canchas públicas asequibles y torneos escolares que formen a la siguiente generación de jugadores. Las marcas y los organizadores de eventos tienen ante sí la oportunidad de seguir moldeando un deporte que, por su dinamismo, resulta muy atractivo para patrocinadores. La esencia que nació en una casa frente al mar, con muros improvisados y una voluntad de juego casi ingenua, hoy se traduce en una industria rentable, llena de posibilidades y con un impulso tan fuerte que promete marcar territorio en el calendario deportivo global.