El abanico de opciones para invertir es muy amplio, y no sólo esta restringido al mercado financiero.
Se puede invertir en bienes raíces, buscando obtener flujos recurrentes a través de las rentas, así como de la eventual apreciación o plusvalía de los inmuebles.
Este tipo de inversiones, de forma independiente, pueden acarrear altos costos de transacción, así como necesitar montos muy altos, limitando el potencial de diversificación. En el mercado bursátil, podemos acceder a este tipo de inversiones a través de FIBRAs, o fideicomisos de bienes raíces.
Podemos invertir en materias primas, donde nuestra ganancia estaría ligada al comportamiento de los precios de éstas. Dichas estrategias pueden incluir metales preciosos, energéticos, alimentos, entre otros.
Hay quienes invierten comprando instrumentos de renta fija, como bonos, papel comercial, certificados bursátiles. ¿Qué es esto? Es simplemente invertir prestando dinero. ¿Prestando dinero a quién? A gobiernos, empresas públicas, o empresas privadas. ¿Cómo gano? Estas entidades se comprometen a pagar el principal (dinero que presté), en un plazo determinado, más un premio (tasa).
También podemos invertir volviéndonos socios de empresas, ya sea creándolas, asociándonos, o comprando acciones en el mercado.