Hay algo en común entre el gasto y la inversión: en ambos hay desembolso de dinero. Sin embargo, lo más importante para tus finanzas personales está en sus diferencias.
Uno puede mermar tu capital y el otro multiplicarlo. ¿Cómo hacer para estar en el lado donde crece tu dinero? En este artículo te damos 8 consejos para lograrlo.
Diferencias entre gastos e inversión
Para poder conocer las diferencias entre gastos e inversiones y mantener saludables tus finanzas personales, primero debes aprender a identificar cada uno de ellos. Para eso repasamos sus conceptos:
Inversión
Se trata de la colocación de capital, a corto o largo plazo, en instrumentos (como fondos de inversión) o negocios para obtener rendimientos. Sus principales características son rentabilidad, riesgo y horizonte. Aquí puedes ver algunos ejemplos de inversiones.
Gasto
Un gasto es un egreso o desembolso de dinero que no te dejará rendimiento a largo plazo, como por ejemplo el alquiler de una vivienda.
Una vez conocidas las definiciones veamos cómo diferenciar gastos de inversiones:
Utilidad o rentabilidad
En el caso de la inversión obtienes rentabilidad, es decir, un rendimiento del capital invertido, aunque las operaciones conllevan riesgos.
Los gastos, por su parte, no siempre aportan rentabilidad y, por lo general, su utilidad es limitada. Por ejemplo, si alquilas un apartamento la utilidad dura solo ese mes en el que pagas la renta.
Tiempo
Las inversiones tienen un horizonte temporal pensado más a largo plazo, mientras que los gastos son más inmediatos.
Disminución o aumento del patrimonio
Los gastos conllevan una disminución de tu patrimonio, porque es egreso de capital sin rendimientos o utilidad, y por lo general, traen consigo deudas u obligaciones. En cambio, las inversiones pueden aumentar tu patrimonio.
Tipos de gastos
Para tomar mejores decisiones con tu capital y optimizar las salidas de dinero debes identificar primero los tipos de gastos:
Gastos fijos o gastos corrientes
Los gastos fijos son aquellos que debes hacer regularmente y que se mantienen con el paso del tiempo, por ejemplo el pago de la renta, la luz o el agua.
Gastos variables
Estos son los gastos que hacemos frecuentemente, pero que pueden variar según nuestro consumo, decisiones o comportamiento de la economía. Un ejemplo de ellos podría ser la compra mensual de comida.
Gastos imprevistos
Siempre recomendamos tener un fondo de emergencia para este tipo de gastos, porque son aquellos que surgen de manera inesperada. Por ejemplo, una avería en casa o en tu coche.
Gastos por deseo
Son aquellos que podrían evitarse sin que afecten tu día a día. Por ejemplo, comprar esos zapatos que viste y te enamoraron, pero que en realidad no necesitabas.
Gastos por necesidad
Son esos que debes hacer para que tú y tu familia puedan vivir en condiciones óptimas, aunque no quiere decir que estos no puedan limitarse o reducirse. Un ejemplo en esta categoría sería el pago de vivienda, salud o educación.
Debemos destacar que no todos los gastos son ‘pérdida de dinero’, en algunos casos funcionan como inversión.
Un ejemplo de ello es la compra de una casa, pues la adquisición de bienes de esa categoría mejoran el patrimonio de tu familia (tienen años de vida útil). Y en el caso de venderla podrías obtener rentabilidad, es decir, se convierte en un tipo de bien de inversión.
8 consejos para pasar del gasto a la inversión
Y llegamos a la parte que estabas esperando: cómo saltar de la línea del gasto a destinar tus salidas de dinero hacia la inversión. Para ello debes hacer un ejercicio económico de administración financiera y considerar estos consejos:
- Crea un presupuesto donde reflejes tus ingresos y egresos. En este artículo te mostramos cómo hacerlo.
- Identifica cuáles son tus gastos hormiga y elimínalos.
- Aléjate de las tarjetas de crédito, son un imán para los gastos innecesarios.
- Fórmate en educación financiera. En nuestra sección GBM+ Academy encontrarás mucho contenido de valor.
- Limita tus gastos, incluso aquellos que consideras necesarios. Es posible que se esté filtrando en tu lista algún gasto por deseo.
- Cuídate de las deudas malas. Esas tampoco te dejan utilidad y te restan dinero que puedes destinar a las inversiones.
- Ponte una meta financiera y recuérdala cada vez que quieras gastar.
- Comienza a invertir una parte de tus ingresos. Podrías destinar al menos un 10% de ellos. Es posible que después de aplicar estos consejos, te des cuenta de que sí tienes dinero para hacerlo. Recuerda que existen distintos tipos de instrumentos financieros como fondos de inversión, compra de acciones o de materias primas, bonos.
Si ya estás listo para iniciarte en el camino de las inversiones, en GBM+ podemos ayudarte. Descarga la app, crea tu cuenta en minutos, deposita desde MX $100 y descubre cómo podemos potencializar tu inversión. ¡Empieza hoy!
Y recuerda, cada vez que vayas a hacer un gasto ten en cuenta qué utilidad te dejará; de esta manera podrás tomar mejores decisiones y mantenerlas con el paso del tiempo.