Si la paciencia no es precisamente una de tus mayores cualidades, te decimos por qué te conviene ponerla en práctica, al menos en el terreno de las inversiones.
Imagina que compraste un bien inmueble en una buena zona de la ciudad. Algunos años, las tarifas de arrendamiento son altas; otros, no tanto. Pero lo compraste porque confiaste en que con el tiempo la propiedad se apreciaría.
Año con año, recibes flujos de efectivo, y vender pronto no está en tus planes, pues crees en el potencial que tiene tu inversión a largo plazo. Sabes que con el tiempo, el inmueble aumentará sustancialmente su valor, y cuando vendas muchos años después, recibirás una ganancia considerable. En ese caso, podríamos decir que fuiste un inversionista paciente y que la espera valió la pena.
La llave del éxito
Ahora imagina que también invertiste en acciones de más de 9,000 empresas del mundo que cotizan en bolsa: Apple, Google, Tesla, Toyota, entre otras, así como en más de 19,000 bonos emitidos por gobiernos y empresas, y en todas las materias primas del mundo (petróleo, oro, trigo, plata, etc.).
Con el tiempo, las acciones, los bonos y las materias primas también aumentan sustancialmente su valor. Esta vez, sin embargo, no esperas muchos años para vender, sino que sales y entras varias veces en estas inversiones, dependiendo del precio de mercado que aparezca en tu celular.
A veces compras o vendes en el momento adecuado, pero la mayoría de las veces no. A pesar de que la inversión terminó apreciándose, no recibes todas las ganancias debido a un Market Timing equivocado; entonces aprendes que habría sido mejor aguantar en las buenas y en las malas. Ser un inversionista impaciente te perjudicó.
La paciencia, aliada de las inversiones
La facilidad con la que un activo puede convertirse en efectivo se llama liquidez. Es uno de los principales beneficios de invertir en los mercados de acciones, bonos y materias primas que cotizan en bolsa.
Es posible vender dichos activos con solo presionar un botón en el celular. Sin embargo, este beneficio es un arma de doble filo, pues tenemos que ver el precio de mercado de los activos todos los días.
Como seres humanos emocionales, normalmente no estamos preparados para manejar estos cambios de precios.
¿Por qué tendemos a ser pacientes con nuestras inversiones privadas e impacientes con nuestras inversiones públicas?
El acceso a la liquidez crea tentaciones para que muchos inversionistas compren y vendan rápidamente con la esperanza de obtener ganancias rápidas, o para evitar pérdidas temporales. También crea fuertes cambios emocionales cada vez que un inversionista comprueba el valor de sus inversiones.
El precio de una inversión privada, por otro lado, es desconocido porque no hay un mercado activo de compradores que ‘toquen a tu puerta’ todos los días haciendo una oferta para comprar tus bienes inmuebles.
No hay que caer en tentación
Tener la posibilidad de comprar y vender en los mercados públicos en cualquier momento no significa que debamos hacerlo.
Como inversionista, no deberían importarte las fluctuaciones de tus inversiones a corto plazo si no planeas vender en el corto plazo.
La volatilidad es como un comprador, una persona al azar que llama a tu puerta todos los días y te ofrece precios sin sentido por tus inversiones. ¡Ignóralo!
Para recapitular
Veamos algunos ejemplos de inversiones públicas y privadas para ilustrar mejor que los inversionistas deberían ver ambas de la misma manera. Veamos primero el precio de una casa promedio desde el año 2000.
Parece una curva suave que sube casi sin volatilidad, lo cual se debe a que no es un activo líquido y la medida utilizada para calcular esto es un promedio de los precios de venta de viviendas en Estados Unidos, no los precios diarios reales de oferta y demanda sobre los precios de las viviendas.
¿Qué hubiera pasado si también hubieras invertido en el S&P 500 durante ese mismo tiempo?
Si pudieras ignorar el ruido alrededor de la liquidez diaria que ofrecen los mercados de valores, tu inversión crecería más de tres veces, pero, si bien es fácil ilustrar esto en retrospectiva, se sabe que es difícil vivir los altibajos de la liquidez diaria en tiempo real.
Por eso, debemos ver la liquidez y los precios del mercado diario como una ventaja increíble para nuestras inversiones y no dejar que nos afecte psicológicamente.
Si tratas tus inversiones públicas como tus inversiones privadas, te darás cuenta de que los movimientos diarios en los precios de los activos públicos son simplemente los costos de la liquidez inmediata: son una característica, no un error.
Warren Buffett dijo: ‘el mercado de valores es un dispositivo para transferir dinero del impaciente al paciente’.
Por encima de todo, la inversión real, a diferencia de la especulación o el juego, requiere tiempo, por lo que vale la pena ser paciente.